viernes, 24 de septiembre de 2010

CONSTITUCIONES ESPAÑOLAS

CONSTITUCIONES ESPAÑOLAS

Un ramillete de Constituciones, empezando por la “Pepa” de 1812, establecida el 19 de marzo de ese mismo año (día de San José), en Cádiz, y siguiendo por las de 1837, 1845,1869, 1876, 1931 y acabando con la de 1978, han intentado todas ellas, configurar unas reglas generales para el buen gobierno de nuestro país. Como no podía ser de otra manera, para la redacción de esas Constituciones, selectos grupos de personajes, representativos de todas las tendencias políticas de nuestra sociedad, fueron y han sido los encargados de la elaboración de las mismas; luego, en principio las pautas promulgadas por aquella primera Constitución de 1812, de no haberse abortado aquel proceso democrático, debió ser el marco general de gobierno para España hasta nuestros días, puesto que aquellas normas, contemplaban por representatividad general, los derechos y obligaciones de todos los ciudadanos españoles, después de haber superado la invasión napoleónica, estableciendo al efecto una monarquía constitucional, con el restablecimiento de la dinastía borbónica, en la persona de Fernando VII.
Nos reafirmamos en la postura de que la “Pepa”, debió ser la base legislativa, sobre la cual debieron apoyarse los sucesivos gobiernos de nuestro país, para el buen funcionamiento de sus Instituciones, bien entendido que aquella Constitución, por muy conciliadora y perfecta que pudo ser su redacción, obligatoriamente nuevos sucesos, tanto políticos como económicos, sociales, coloniales, etc., necesariamente habrían obligado a una reforma de la misma, para adaptarla a las nuevas circunstancias, con el respaldo y apoyo de todas fuerzas políticas, que ella misma amparaba.
Desgraciadamente, tanto la “Pepa”, como todas las subsiguientes incluida la de 1931, sucumbieron bajo los efectos de débiles monarquías, incompetentes regencias, convulsiones sociales y dictaduras, entre otros. Afortunadamente, y casi milagrosamente, después de una larga y oscura etapa dictatorial, España ha sabido proveerse (pese a algún que otro pequeño sobresalto, provocado por los “eternos salvadores de la Patria”), de una nueva Constitución, cuyas bases poco pueden diferir de aquella de 1812, o la de cualquier otro país, donde la democracia sea su principal respaldo; término democracia, cuyo significado, por el momento, no parecemos tener todavía muy claro en nuestras mentes, como resultado de pasados atavismos, pero no desesperemos, paso a paso se hace camino.
Algunos de los principales debates políticos, abiertos actualmente en el Parlamento Nacional, vienen suscitados en base a las reivindicaciones, que casi sin ninguna excepción, vienen planteando todas nuestras Comunidades Autónomas, respecto a su relación con el Gobierno Central, en cuestiones tanto políticas, como legislativas, económicas, sociales, fiscales, etc. Relaciones Comunidades Autónomas-Estado, básicamente contempladas por nuestra actual Constitución, amparada por la consensuada redacción de la misma, que en su día propició, el conjunto de todos grupos políticos democráticos nacionales.
Si hemos creído oportuno hacer una pequeña referencia histórica de nuestras Constituciones, así como a algunos de los principales debates suscitados actualmente, relacionados con nuestra última Constitución, ha sido para resaltar el hecho, de que todas ellas han sido el resultado de un consenso político nacional, por lo tanto, de incuestionable, inviolable y de obligado cumplimiento, para toda la ciudadanía española. También debe tenerse en cuenta que, la constante evolución de los sistemas políticos, sociales, económicos, financieros, fiscales u otros, tanto a nivel regional como nacional, pueden excepcionalmente motivar la necesidad de alguna reforma en nuestra Constitución, para adaptarla a nuevas situaciones, cambios que bien entendido, deberían ser consensuados, no solamente por una mayoría parlamentaria, sino también por el definitivo acuerdo, al que debería llegar la Comisión designada por el mismo Congreso, para conciliar la moción de la reforma; Comisión que obviamente debería estar conformada, por un Grupo de expertos en la materia, proporcionalmente representativo de todos los grupos políticos, principio básico, para reafirmar un Estado Democrático y de Unidad Nacional.

(En el día de hoy, para unirnos a la celebración del bicentenario de la “Pepa”, lo hacemos humildemente, con esta segunda edición de nuestra página, de fecha 05-08-10.)


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