miércoles, 23 de junio de 2010

INTERRUPCIÓN DEL EMBARAZO

INTERRUPCIÓN DEL EMBARAZO

“Una adolescente aborta en España cada media hora (RTE 24-09-2009, Teletexto)”

De acuerdo con la noticia de referencia y estableciendo un pequeño cálculo, el resultado nos muestra que cada día, 48 son las operaciones de interrupción del embarazo a que son intervenidas las adolescentes en nuestro país, 1440 cada mes, y 17280 cada año. Desde un punto de vista aritmético no dejan de ser cálculos infantiles, ahora bien, considerados bajo un punto de vista moral, tiene una importancia especial, mas si se tiene en cuenta la menoría de edad de la mujer.

El amplio y estéril debate político existente en nuestro país, acerca de este asunto, es lo que nos motiva a sincerarnos personalmente sobre un problema tan candente. En todo caso nuestro pensamiento y comentarios al respecto, están completamente apartados de cualquier influencia política o religiosa.

Socialmente, es la política la que trata de orientar y regular ese complicado proceso. Como de costumbre, en nuestro país existen dos corrientes políticas que tratan de imponer sus criterios, digamos una progresista que intenta liberalizarlo, y la conservadora que trata de frenar aquélla. Ambas corrientes esgrimen sus argumentos defendiendo sus respectivas posturas, por supuesto contrapuestas y muy respetadas por nosotros; ahora bien, existe un importantísimo punto que es común para ambas formaciones, se trata simplemente que, de las 17280 interrupciones del embarazo anuales, con toda probabilidad nos atrevemos a pronosticar, que de acuerdo con un general cálculo de probabilidades, la mitad de esos casos, pequeño porcentaje arriba o abajo, corresponde a cada una de esas dos formaciones políticas; luego, en ese caso la legislación al respecto, debería ser muy semejante para cualquier grupo político, excepto para aquél que crea estar en posesión exclusiva de un integral puritanismo moral.

Planteada la precedente ecuación social, cabe preguntarse cuál puede ser la solución final, que satisfaga a tiros y troyanos. De nuestra parte y con entera convicción nos inclinamos a creer, que la satisfactoria solución nunca nos llegará desde ningún partido político, ni facción religiosa; la solución de ese espinoso problema sólo nos puede llegar desde una personalísima educación moral y cultural, partiendo de la de los propios progenitores de esas niñas o niños, o muchachos y muchachas, faltos en la mayoría de los casos de una total falta del sentido de la responsabilidad. Hasta que desde la infancia, individual y colectivamente, el ser humano no se provea de ese conocimiento moral y cultural, que lo habilite para responsabilizarse de sus actos, podríamos asegurar que todas arengas tanto religiosas como políticas, sólo sirvan para crear más confusión al respecto. Mientras no sea aquélla la particular situación de nuestra Sociedad, sea cual sea la edad e inclinación política o religiosa de los gestantes del embarazo, mucho nos tememos, que a pesar de lo que legalmente pueda legislarse, sólo le quedará la irresponsable solución de acudir a alguna clínica londinense.



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sábado, 12 de junio de 2010

REFLEXIONES SOBRE EL 11S 2001

REFLEXIONES SOBRE EL 11 S 2001

Fue ese día, cuando ocurrió una más de las muchas dantescas tragedias, que el ser humano ha contemplado y seguirá contemplando, como consecuencia de la locura humana llevada a sus últimos extremos.

Un bombero que salvó su vida manifestó después del atentado, “Nunca en mi vida había visto un espectáculo tan surrealista”. No le faltaba razón para hacer aquella observación sobre aquella horrible visión. El bombero era joven, su edad no le permitía haber contemplado algo que quedaba decenios atrás antes de su nacimiento; su asombro se hubiera visto superado con las visiones de Hiroshima, Dresden, Gernika, Stalingrado, y tantas otras del pasado y del presente, que habiendo sido testigo de ellas, no le hubiera parecido tan irreal la espectacular desaparición de las dos Torres Gemelas.

Bien es verdad, que el recuerdo de ese “11S”, quedará grabado en la memoria del mundo entero durante largo tiempo. Ahora bien, desde aquel mismo día, cupo la imperiosa necesidad de analizar en profundidad los elementos que condujeron a aquella catástrofe. Ese estudio y la adopción de medidas que permitiesen atajar la raíz o raíces del mal, causantes de aquella tragedia, debería ser motivo de seria reflexión, para toda clase política mundial.

A través de sus medios televisivos, con motivo del octavo aniversario de aquella tragedia, el presidente de la nación que sufrió tan brutal atentado declaró textualmente, “No cesaré en mi empeño de acabar con los responsables”. Tanto él como su predecesor, lo están intentando desde hace 8 años en los laberintos de Afganistán, pero cada vez parecen estar más lejos de conseguirlo. Ahora bien, suponiendo que consiguieran acabar con los responsables de aquel atentado, cabría formularse la pregunta, ¿Se ha librado ya el mundo del temible terrorismo internacional?. Ingenua sería la persona que así lo creyera, porque posiblemente esa momentánea victoria, serviría para azuzar todavía más, el profundo odio existente entre diferentes culturas. No se engañe Mr. Obama, si verdaderamente lo que Vd. desea es un mundo en paz, convénzase que el camino que puede conducirnos a esa paz, no lo va a encontrar dentro de los territorios donde están Vds. tan comprometidos actualmente. A este respecto hemos de admitir, que el ser humano es el único animal capaz de tropezar más de una vez en la misma piedra, válganos como ejemplo Corea y Vietnam, y ahora Irak y Afganistán.

Vd. Mr. Obama, puede tener la justificación y disculpa de haber heredado esos conflictos (tristes y torpes acciones de su predecesores), por lo que teniendo en cuenta su talante, el mundo puede esperar y desear, que a pesar de verse en la obligación de mantener aquellos frentes, para salvaguardar el honor de su país, también en sus adentros haya vislumbrado que, aun suponiendo una total victoria militar en Afganistán, eso no supondría en absoluto la desaparición de la lacra terrorista internacional que sufre nuestro planeta, ya que incluso podría asegurarse, que en lugar de atenuar ese terrorismo, los odios se acentuarían.

Mr. Obama, es Vd. suficientemente inteligente, para comprender lo que sus predecesores, debido a su ridícula torpeza no supieron o no quisieron entender, que el principal germen del mal que aqueja actualmente nuestro planeta, se encuentra enquistado en el muro, que vergonzosamente separa Cisjordania de Israel. Convénzase Mr. Obama, si verdaderamente desea Vd. conseguir una victoria definitiva sobre el terrorismo internacional, excluya campañas militares, y prepárese Vd. así como sus sucesores (la gente inteligente está ya preparada, no le queda otra alternativa), para emprender una larga guerra política, económica y cultural, para erradicar fanáticas, radicales y anacrónicas costumbres, conductas y creencias religiosas, especialmente estas últimas, ancladas a ambos lados de aquel muro, improcedentes e indignas dentro de cualquier cultura contemporánea, sin duda la causa principal de la conflictividad existente entre Oriente y Occidente. Si Mr. Obama, no oriente sus pasos en otro sentido, porque sólo se adentraría en callejones sin salida. Con un mínimo discernimiento, también hemos de admitir, que la solución del grave problema que nos ocupa, no va a ser tan sencilla ni corta en el tiempo, pero si verdadera y honradamente es lo que se desea, serios y profundos cambios en sus pensamientos políticos, culturales y religiosos, deberán llevarse a cabo a ambos lados del mentado vergonzoso muro, cambios extensibles a sus respectivos correligionarios por todo el orbe, Sólo esos cambios podrán conducirnos a una ansiada estabilidad. Si Mr. Obama, a la corta o a la larga, podremos siempre vencer un enemigo físico, pero lo que nunca podremos derrotar es un enemigo cultural, éste sólo podrá vencerse, a través de multinacionales vasos comunicantes económicos y culturales, que conduzcan a la Humanidad a un dominio del sentido común y la razón, que la habilite para la erradicación de las obsoletas y anacrónicas, perversas, egoístas, fanáticas y radicales conductas y costumbres culturales, especialmente creencias religiosas, que tanto condicionan y esclavizan a casi toda la Humanidad.

(Artículo remitido a finales de setiembre 2009 a dos periódicos de tirada nacional, amable y educadamente rechazados, motivo principal de la creación de mi blog generalista, para la difusión de mis personales pensamientos al respecto, y que considerándolos de candente actualidad creo oportuno airear de nuevo.)




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domingo, 6 de junio de 2010

¿ ELECCIONES ANTICIPADAS ?

¿ELECCIONES ANTICIPADAS?

Considerando la inquietante situación de nuestro país tanto a nivel social como, político, económico, jurídico o financiero, no resulta extraño, que se oigan voces por doquier, sugiriendo la convocatoria anticipada de unas Elecciones Generales, pero suponiendo que triunfara una moción de censura o un voto de confianza para propiciarlas, un cambio de Gobierno en las actuales circunstancias, tanto a nivel nacional como internacional, momentáneamente en nada iba a favorecer a España. Además, cuánta gente no se plantearía la siguiente pregunta, ¿y ahora qué papeleta escogemos?, habida cuenta de la deteriorada imagen del partido de la Oposición, provocada por su cascada de vergonzosos deslices y luchas internas, y el desgaste y los errores del presente Gobierno. Verdaderamente, creemos que analizando sincera y objetivamente el panorama político español, podemos plantearnos esta pregunta, ¿cuál de los votantes de nuestro país puede tener razones claras y objetivas para elegir sin ninguna duda un color de nuestro espectro político?, si lo hubiera le estaríamos muy agradecidos de comunicarnos sus argumentos.

Es indudable que anticipadas o a su debido tiempo, nos veremos en la necesidad de superar ese trance. El mayor inconveniente o dificultad para superarlo, se presenta por el hecho de que sólo se nos ofrecen dos alternativas, con el inconveniente añadido, que con la mayoría Parlamentaria de cualquiera de esas dos alternativas, la experiencia nos ha demostrado en ambos casos, lo negativo que resultó el poder absoluto de su mayoría Parlamentaria. Sería deseable y necesario, la aparición en nuestro país de una verdadera fuerza política centrista, que rompiera la perenne bipolaridad existente, ya que hasta que no concurran esas circunstancias, aun no disponiendo de una mayoría Parlamentaria cualquiera de las dos principales formaciones, las fuerzas de coalición siendo tan minoritarias, nunca tendrán éstas la fuerza política necesaria, para controlar el poder de la principal fuerza elegida. La aparición de esa tercera fuerza política de centro, podría significar sin duda el elemento catalizador de nuestras todavía existentes dos Españas.

Las recientes elecciones generales inglesas, podrían ser una pauta a seguir en España. Allí durante los últimos decenios también han mantenido una bipolaridad con las fuerzas políticas conservadoras y las laboristas, hasta que por fin ha aparecido una tercera fuerza política con suficiente peso, para controlar los movimientos de cualquiera de las otras dos principales formaciones, estableciendo al efecto una Presidencia con dos representantes. Está por ver la eficiencia de ese maridaje, pero nos atrevemos a augurarles resultados mucho más coherentes, aceptables y fiables, que con el poder absoluto de una sola de las dos anteriores formaciones.

En la espera de alcanzar en España la madurez política necesaria, para el establecimiento de esa tercera fuerza política, capaz de desarrollar la función de diapasón para los acordes de las variaciones de nuestras dos actuales principales fuerzas políticas, otra posible solución mejor que la que tenemos establecida actualmente, podría ser adoptando el antiguo sistema romano para la elección de sus representantes, empezando por el pueblo para que lo hiciera con sus Senadores, y que el propio Senado eligiera su Presidente; aunque este sistema también tendría sus inconvenientes, ya que considerando nuestra particular idiosincrasia, pronto brillarían los puñales que acabaran con nuestro César.



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