sábado, 29 de noviembre de 2014

CAPITAL Y TRABAJO

La solución del agudo e insostenible problema socio económico por el que están atravesando actualmente todos los países y de manera especial España, pasa por el abordaje de tres básicos e incuestionables factores, tan estrechamente ligados entre sí, que a ninguno de ellos puede dársele un orden preferencial: Redistribución del trabajo, redistribución de la riqueza y fiscalidad, esta última con letras mayúsculas y con la necesidad de que acuerdos internacionales la regulen a niveles supranacionales. El Poder económico lo sabe muy bien, que en lugar de esos antisociales y equivocados recortes, la solución de esos graves problemas pasa básicamente por la puesta en práctica de los tres mencionados factores, procedimiento al que se resiste el Poder económico, porque su adopción significará una indispensable disminución de sus beneficios empresariales. La Economía Mundial, tiene recursos suficientes para solucionar materialmente las básicas y dignas necesidad de sus Sociedades, lamentablemente menos dotada aquélla de recursos morales, aun así hemos de aceptar que, un correcto desarrollo de los precitados factores, nos demostraría la bondad de su implementación, tanto para su motor el Capital, como para su energía el Trabajo, cuyos caminos deben tender a una necesaria y obligatoria convergencia, para lograr una perfecta sinergia y armonía entre ambos. No le queda otra alternativa, tanto a la Oligarquía que domina la Economía, como al Mundo laboral, sentarse a la misma mesa, para establecer entre ambas partes un justo y equitativo contrato social, que dé plena satisfacción a las dos partes, como única solución de los problemas laborales y económicos que tienen planteados todos los países. La política de quebrantos sociales, que se está desarrollando actualmente, para el establecimiento de obligatorios equilibrios presupuestarios, vemos que más y más en todos los países, sólo conduce a un mayor desequilibrio de sus Economías, que persiste con la adopción de esos erróneos y antisociales planes económicos, verdaderos paños calientes que sólo postergan la solución de un problema, que cuanto más se tarde en darle solución, más duro será el atajo del mismo, provocando con esa dilación y sus erróneas fórmulas un continuo deterioro del Bienestar Social, que sin duda puede conducirnos a previsibles y duras manifestaciones de las masas laborales, en defensa de sus justos derechos. Hemos llegado al momento y situación de una inaplazable, posible y necesaria solución, del grave problema económico social que tienen planteado todas las Economías, donde la inteligencia, la razón y la buena voluntad de todas las partes van a ser determinantes para alcanzar ese objetivo, sino queremos ser víctimas de nuestra egoísta estupidez.

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