martes, 27 de abril de 2010

¿TIENE SOLUCIÓN LA CRÍSIS?

¿TIENE SOLUCIÓN LA CRISIS?

Evidentemente, ¡otras peores se han superado!, pongamos por ejemplo la sufrida como consecuencia de la II Guerra Mundial. En cuanto a efectos económicos, aquélla superó con creces a la presente. La remontada y salida de aquélla fue espectacular. ¿Porqué la presente ofrece tantas dificultades comparada con aquélla, cuando con ésta incluso no se ha sufrido ningún daño material?. En tales circunstancias, ¡la salida de ésta debería ser más rápida y fácil que aquélla!

Sólo encontramos una respuesta para la pregunta que nos acabamos de formular, aquel desastre tuvo el poder de ejercer como crisol de las conciencias, quizás no tanto como para hermanarlas, pero al menos para hacerles comprender la locura cometida, mas ¿qué ocurre con las conciencias de la presente?, permanecen ancladas en egoístas posturas, cada vez más endurecidas por un enfermizo ánimo de lucro.

No nos engañemos, es evidente que la actual crisis mundial, tiene como principal responsable “EL PODER ECONÓMICO”, vulgarmente expresado “EL CAPITAL”, con su salvaje y despiadado comportamiento (mentes retorcidas, empezarán a sospechar que tienen ante sí un fanático discípulo de Karl Marx , no teman señores, con respecto a ese personaje nos situamos en las antípodas de su Universo). Ante esa afirmación podríamos plantearnos la cuestión de suprimir el Capital, para solución de nuestra actual y futuras crisis; ¡nada más lejos de ahí!, el Capital no solamente lo consideramos como el motor de todas las economías modernas, sino también como el estimulante del trabajo, pero no moviéndose a sus anchas como un potro salvaje, que es lo que está ocurriendo actualmente; expresado de forma menos metafórica:“EL PODER ECONÓMICO ESCAPANDO DE LAS MANOS AL PODER POLÍTICO”, debido a la incompetencia, ignorancia o ineficacia en la gestión de esos asuntos, cuando debiera ser él, el que prevalece en todo momento.

¿Cómo dominar ese potro salvaje?. Por deducción de lo anteriormente manifestado, es de lógica pensar que sólo caben soluciones políticas para dominar “el animal”. No se trataría de amordazar el Capital, pero si establecer normas internacionales que controlen y prohíban los importantes e irregulares movimientos especulativos del mismo; una Comisión Internacional de expertos económicos debería ser la encargada de ejercer y sancionar esos controles, apoyada por los transparentes y obligatorios informes de los grandes organismos financieros, relativos a la inversión de su pasivo y al trasiego de sus activos, respaldados por las adecuadas reservas de garantía de su pasivo; el establecimiento de una implacable y adecuada fiscalidad económico-social a niveles nacionaales, debería complementar la labor de aquellos rígidos controles.

Si verdaderamente se desea un seguro control financiero internacional, otra de las primordiales medidas sería el total bloqueo de todos los paraísos fiscales y su definitiva erradicación, impidiendo todo movimiento monetario tanto de entrada como de salida, hacia o de esas cuevas de Ali-Babá; benévolamente se les podría conceder, exenta de sanciones, una moratoria a sus depositantes, para devolver al flujo financiero legal las cantidades defraudadas. De otra parte, cada país debería establecer las medidas fiscales necesarias, para no caer en un pozo de desequilibrios presupuestarios, objetivo favorecido por saludables normas de controles presupuestarios establecidas dentro de las propias alianzas, en principio no vinculantes, pero si muy recomendables como llamadas de atención; recomendaciones extensibles a la reestructuración y regeneración de sus tejidos económicos internos. Severas sanciones, tanto políticas como económicas, deberían ser impuestas a aquellos países que incumplieran las pautas reguladoras de los compromisos contraídos, así como la imposición de soberanas multas a los Organismos Financieros que incumplieran los reglamentos establecidos; todo ello bajo la dirección de la Comisión Internacional de Asuntos Económico-Financieros de turno. Por parte de las Administraciones, la Economía Sumergida, así como la “blancura” de la moneda circulante, deberían ser también capítulos de especial atención.

"SEÑORES MAGNATES”, que les quede claro, no estamos propugnando ningún INTERVENCIONISMO, se trataría simplemente de controlar sus amorales, egoístas y veleidosos comportamientos.

Lo hacemos con frecuencia, y no nos cansaremos de repetirlo, debido a la vergonzosa y negativa influencia que tiene sobre la economía mundial, y esta vez tampoco podemos sustraernos de hacer mención, por su estrecha relación con el asunto que nos ocupa, acerca de la fraudulenta cifra de 7 billones de dólares americanos (aproximadamente 13% del PIB mundial, periódico Expansión 02-03-08), depositados entre todos los paraísos fiscales existentes en el mundo, cantidad que al día de hoy ya rondará o superará los 8 billones, teniendo en cuenta que según el reciente estudio de una comisión de economistas, patrocinado por el gobierno noruego, la cantidad aproximada de 600.000.000.000 de dólares americanos (seiscientos mil millones), es la cantidad anual por evasiones fiscales, que se refugian en esos paraísos; capital con el cual podríamos estar mínimamente tranquilos, si permaneciese ocioso en esos “benditos lugares”, pero que para más inri, todos sabemos las “santas actividades” que promueve.

Cabe una última pregunta sobre el tema tratado: Si el PRIMER MUNDO, aún disponiendo de todos los medios, no es capaz de dar solución a su crisis económica, ¿qué es lo que debe de estar ocurriendo en los países del TERCER MUNDO?, ¡allí es donde verdaderamente puede comprenderse que exista una crisis endémica, en todas sus vertientes!. En nuestro comentario del 24-12-09 recordábamos su existencia.



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