domingo, 19 de febrero de 2012

DELICTIVA ESTAFA PLANETARIA


DELICTIVA  ESTAFA  PLANETARIA  

En la página “ESPECIALISTAS EN PELOTAZOS”, insertada en nuestro Blog , martal2010.blogspot.com, el 09/02/2012, copiamos un artículo del periódico “Sur” de esta región andaluza, donde se informaba acerca del retraso procesal en que se encuentra una  especulativa operación inmobiliaria, desarrollada aproximadamente hace unos 9 años,  en el Municipio de esta nuestra residencia, cuyo retraso judicial se justifica por el hecho, de que el Paraíso Fiscal de Liechtenstein, hasta la fecha no ha contestado a una comisión rogatoria, acerca del blanqueo de capitales implicados en aquella operación.

Un incontable número de operaciones, semejantes a las reseñadas en el mencionado periódico, se desarrollaron a lo largo y ancho de nuestra geografía, especialmente en nuestra franja costera mediterránea, de las cuales muchas de ellas se encuentran en situación procesal, a la espera de una  resolución judicial.

Lo más lamentable e importante de las operaciones a las que estamos haciendo alusión, no ha sido la realización de las referidas operaciones  de compra y reventa  de fincas rústicas en sí mismas, muchas de ellas inmediatamente  recalificadas  como urbanas de forma ilegal o arbitraria,  por los responsables de sus respectivo Ayuntamientos;  lo verdaderamente deplorable sucedía después, cuando promotoras y constructores se lanzaron a aquella desbocada carrera de construcción inmobiliaria,  cuyos destructivos e imparables efectos inflacionarios, han provocado  nuestra grave Crisis económica, financiera y social actual.

Para ilustrar genéricamente la situación en la que nos vemos envueltos, válganos un  sencillo ejemplo del que podemos dar fe en primera persona:  La Urbanización  de nuestra residencia, donde una modesta casita, cuyo precio de construcción en el año 2000-2001, se estimaba en unos 12-14 millones de pesetas, salían a la venta por  unos 20 millones sobre plano; dos años después de su construcción, la última de las casitas existentes de una primera fase, que se encontraba en venta, decidimos adquirirla como refugio de nuestra jubilación, por 31 millones de pesetas (corría el año 2002), cuyo precio de coste  había sido de apenas 15 millones, pero lo más increíble pero cierto fue, que poco después, en la última fase de nuestra Urbanización, una casita idéntica a las construidas  anteriormente, también la última de ellas, tres años después se vendió por 55 millones de pesetas  (corría el año 2005); inmediatamente después de esa última operación, atrevidos inversores especuladores revendían las casitas en cuestión por ¡60 ó 70 millones!.

Hasta aquí vamos comprendiendo perfectamente, la locura especulativa inmobiliaria iniciada en España a finales de los “90”, copiando el modelo de inversión y financiación inmobiliario norteamericano; modelo ciegamente seguido y secundado en este Viejo Continente, donde España sin duda se llevó la palma de aquel falso, erróneo y ficticio desarrollo económico,  hasta que a la lechera se le rompió el cántaro. El Sol y el Ladrillo fueron los principales motores de nuestra Economía los dos últimos decenios;  concretamente en este pequeño Municipio donde tenemos la residencia, por aquellos tiempos, a diestro y siniestra, podían observarse verdaderos desfiles de camiones, con materiales de construcción, legiones de obreros chinos, norteafricanos, de países del este, africanos, sudamericanos,  trabajando sin descanso, algunos de ellos incluso festivos, especialmente los equipos chinos;  todo ello para dejarnos un saldo aproximado de  unas 5.000 viviendas construidas, esperando compradores; sólo una Urbanización contigua a la que habitamos, nos ofrece 800 apartamentos acabados y 400 en estructura, todos ellos con el cartel “Se Vende”. Lo que apenas hace 3 ó 4 años, este pueblo era una Torre de Babel, en un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en un pueblo fantasma; afortunadamente aquellas legiones de trabajadores desaparecieron, de lo contrario el índice de desempleo sería muy superior al del 30%, que está sufriendo este pequeño Municipio, así como lo sufren otros muchos, situados en nuestra franja mediterránea.

 Con el simple ejemplo de un pequeño pueblo, hemos tratado de explicar,  la parte mecánica y operativa del proceso especulativo inmobiliario, adoptado por nuestro Primer Mundo,  donde repetimos, España ha destacado sobresalientemente por encima de todos los europeos, proporcionalmente superando incluso al “Descubridor del Invento”.  La grave situación económica y social que está sufriendo nuestro país, es la calamitosa herencia que nos han legado, un selecto grupo de dudosos banqueros, un importante grupo de avaros promotores y constructores inmobiliarios,  una legión de “avispados”, incompetentes y demagogos políticos, y una banda de especuladores sin escrúpulos.

Creemos haber explicado la parte mecánica de la formación de la “Burbuja”, nos queda abordar la parte más delicada de la misma, su financiación; en este sentido, cualquier proyecto económico, desarrollado sobre un serio estudio económico de mercado, normalmente debe acabar en la mayoría de los casos, con un más que probable éxito. A todas luces no ha sido ese el caso, para el desarrollo de lo que debió ser un verdadero “Plan de Vivienda” en nuestro país, convertido en una verdadera trampa, para los propios actores de aquel “Especulativo Plan”, guiados únicamente por un delictivo y vergonzoso espíritu de lucro, obcecados por importantes pero falsos beneficios.  En esa golosa trampa, no han dejado de caer, poderosas y pequeñas empresas constructoras, promotoras inmobiliarias, avariciosos especuladores,  y principalmente las propias Entidades Financieras, donde aquella galopante inflación, producto directo de una malsana especulación, ha convertido en “HUMO” el valor de una buena parte de sus bienes Inmobiliarios;  concretamente, sólo para las Entidades Financieras  españolas, se calcula que 150.000 millones  de sus Activos Inmobiliarios están sobrevalorados.  Ahora bien, quien verdaderamente ha salido perjudicado de esa locura,  han sido aquellas pobres gentes, que sin ninguna responsabilidad en ese gravísimo movimiento especulativo inmobiliario,  se ven arrastradas a calamitosas situaciones económicas y sociales, a causa de aquellas malsanas prácticas, y como surplus, deben cargar con los mayores sacrificios, para reparar algo de lo cual no han sido mínimamente responsables.

El resultado de ese “HUMO ESPECULATIVO”, económicamente y socialmente se está dejándose  sentir gravemente en todos los países involucrados, especialmente en aquéllos que no cuentan con infraestructuras económicas de suficiente peso, para hacer frente a tan crítica situación, como es el caso de España,  agravada por sus 5,5 millones de parados, por lo que una recuperación económica y social en nuestro país, no puede ser prevista a corto plazo; aun así, dando por descontado, que sea bajo una honrosa y competente gestión política, que desgraciadamente no ha sido el caso hasta la fecha, sino todo lo contrario.

La sangrante pregunta es, ¿cómo superar nuestra grave situación económica y social con  5,5 millones de ciudadanos parados, la mayoría del resto de la ciudadanía en precaria situación laboral y económica, y nuestros 600.000 millones de Deuda Pública?. ¿Dónde encontramos el ingenioso economista o político, que nos resuelva la cuadratura económica de ese círculo vicioso?. Señores expertos económicos, financieros y políticos, tomen nota de aquella brillante y sencilla lección de Economía de Henry Ford,  resumida en su siguiente  frase : “¿de qué me sirve fabricar mis automóviles, si no los pueden comprar mis trabajadores, los principales consumidores?”.  En evitación de una crisis económica social, o para paliar los efectos de cualquiera de las que eventualmente puedan presentarse, la fórmula es así de sencilla : “adecuar los precios de consumo a las reales posibilidades económicas de los agentes productores, principales bases sobre las que debe asentarse una sana Economía”;  hasta que esa sencilla fórmula no se ponga en práctica, ¡problemas y más problemas!, que si mucho nos empeñamos en solucionarlos con insociables fórmulas, nos conducirán sin ningún género de dudas, a un peligroso  desorden social, ¡ya latente en la actualidad!.  Pero ellos, tan alegres, felices y exultantes durante sus Congresos, con su “estómago” bien satisfecho, y la demagogia desbordando por su boca. ¿Comprenderán algún día la limitación de sus pensamientos?, ¡en su bien,  y el de los que supuestamente dicen representar, esperemos que no  sea demasiado tarde!.


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