sábado, 7 de enero de 2012

VIVENCIAS


VIVENCIAS   

No estamos recordando tiempos muy lejanos, nos estamos situando por la mitad del siglo pasado, poco tiempo antes del “18 de julio de 1936”. Para nosotros los niños de aquel lugar, fue  una verdadera sorpresa, la aparición de un “carro” con cuatro ruedas (un destartalado camión), ¡que se movía por sí solo!, sin la ayuda de ningún animal de tiro; recordamos que en las mañanas de invierno, no era agradable tener que romper el hielo de la palangana, para asearnos manos y rostro; la nieve se acumulaba hasta la mitad de nuestras puertas de calle, algunas de ellas las orientadas al norte, completamente ocultas debido a la ventisca de nieve (¡¡¡paradojas del Cambio Climático, al correr de los años, la nieve se ha convertido en un fenómeno meteorológico anormal por aquellos lares!!!); velas y candiles nos orientaban en la oscuridad; aguas mayores o menores desembocaban en un orinal o en el corral; la fuente del pueblo suministraba el agua de consumo; etc. etc. Prácticamente lo descrito hasta aquí, fue el modo de vida que se desarrolló en nuestro lugar de nacimiento hasta finales de los “40”,  cuando a través del “Progreso” quedaron en desuso velas y candiles, ¡un pellizco en la pared y se hacía la luz! (rústicos interruptores de llavecilla); a finales de los “70” la instalación de la red de aguas fecales y de consumo, hizo innecesario moverse hacia el corral, y el uso sistemático del cántaro. Nuestro modo de vida, era exactamente el mismo que se desarrolló prácticamente en la inmensa mayoría de los pueblos y aldeas de España, especialmente del Interior, no sin  antes haber sufrido las graves consecuencias de una FRATRICIDA GUERRA, provocada por el Alzamiento Nacional de nuestro “Glorioso Caudillo”, y las adicionales miserias de la SEGUNDA GRANDE, provocada por aquel “ilustre loco” Adolf Hitler, íntimo amigo del causante de la nuestra.

Para generaciones posteriores a nuestra transición política del “75”, puede parecerles inverosímil lo que dejamos descrito. Para miembros de alguna generación, que sea bastante anterior a aquel cambio político, y que por ley natural andarán por el ocaso de  sus vidas, recordarán con cierta nostalgia aquella existencia, sin discusión algo más incómoda de la que disfrutamos actualmente, pero que bajo  un punto de vista natural, medioambiental y ecológico, era infinitamente más aceptable, que la que nos ofrece actualmente nuestro “Progreso”; por aquel entonces no se conocía la basura, todo era orgánico y revertía a la madre Naturaleza; aquellos árboles frutales florecían esplendorosos en pleno campo, sin que nadie tomase cuidado de ellos, por ejemplo sólo un melocotón recolectado de aquellos árboles, era suficiente para llenar con su perfume nuestras casas, pero allá por los “45” al final de la “II Grande”, del otro lado del Charco irrumpió el diclorodifeniltricloroetano (DDT), cuya labor principal fue acabar con la miseria que exteriormente infestaba nuestros cuerpos; aquel milagroso antiparasitario fue sucesivamente acompañado de pesticidas, fungicidas, herbicidas, plaguicidas, etc, etc., amén de sulfatos, nitratos y otros agresivos “sobreexplotadores” de la tierra, hasta que finalmente hemos conseguido casi acabar con la posibilidad de regenerar nuestro antiguo Paraíso. Actualmente no hay un solo producto del campo o de granja, que no deba ser sometido a severos tratamientos químicos para su cultivo o reproducción, con el resultado de un proceso degenerativo de los mismos, de tal manera que, comiendo un melocotón no sabemos si estamos mordiendo un pepino o cualquier otra clase de fruta u Hortaliza, y así con otros tantos ejemplos agrícolas; en cuanto a los productos de granja, un análisis de los mismos, nos asombraría la cantidad de hormonas sintéticas y antibióticos que discurren por nuestros platos. Todo que hasta aquí  dejamos descrito, puede parecerle inverosímil a nuestras jóvenes generaciones, para confirmar este aserto, consulten a sus abuelos o bisabuelos.

Con toda seguridad, más de un posible lector de esta página, estará pensando que estamos haciendo apología para un retorno a la vida de las cavernas, no, no lo piensen así, sólo intentamos establecer una comparación entre antiguos modos de existencia, con los que nos ofrece actualmente nuestra “moderna civilización”.  Lógicamente desde el punto de vista existencial, la comparación entre ambos modos de vida, sólo podrá ser constatada o comprendida,  por aquellas gentes que han sufrido o disfrutado ambas experiencias, pero también creemos que la comparación que tratamos de establecer, puede ser ilustrativa y educativa para recientes generaciones.

Pueden observar que hasta este punto, nos hemos limitado, acertada o equivocadamente para según qué lector, a inclinarnos en cierta medida a favor del modo material de existencia de tiempos pasados. En ambos casos, pasado o presente, en un sentido general se trataba y continúa tratando, de la puesta en práctica de un sistema de supervivencia, de autosuficiencia en el pasado, aunque fuera con limitados recursos, y en futuros casos, de difícil y problemática dependencia con nuestro actual Sistema. Bajo el punto de vista social, también creemos sinceramente, que nuestro actual Sistema está en clara recesión, con relación a aquel antiguo; a este respecto hemos de reconocer, que la familia, principal célula de la Sociedad, está perdiendo  peso moral y social, sin duda causa principal de la pérdida de esenciales valores humanos.

Tanto bajo el punto de vista material como social, vamos a tratar de resumir y analizar algunos aspectos materiales y sociales relativos a aquel próximo pasado modo existencial, así como del adoptado actualmente, para objetivar nuestro pensamiento respecto a las ventajas y desventajas ofrecidas por ambos sistemas.

Bajo el punto de vista material, se nos podría calificar abiertamente de masoquistas, sino reconociésemos las innumerables ventajas, que nos ha ofrecido en  el  transcurso de pocos años tanto el mundo científico, como el industrial o cultural. Para evidenciar el incontable número de ventajas materiales que el mundo moderno nos ofrece, vamos a citar algunos pequeños ejemplos, que nos pueden resumir el adelanto científico, industrial y cultural experimentado en apenas tres generaciones (a un intervalo de 25 años cada una), ventajas de las cuales tan torpe, abusivo y egoísta uso estamos haciendo.

Primer ejemplo.- Nuestro abuelo en compañía de otros 49 sacrificados trabajadores, precisaban machacar piedra durante un mes para construir 100 metros de “carretera comarcal”. Hoy en día nos acostamos, y al levantarnos al siguiente día, observamos que aquéllos 100 vírgenes metros de tierra, se han convertido no en 100 metros, sino posiblemente en 200 ó más metros de autovía o autopista.

Otro ejemplo.- Nuestro abuelo precisaba el día y la subsiguiente noche, para cubrir con su carreta los 100 kilómetros que separaban nuestro pueblo de la Capital, para vender y comprar sus productos; actualmente podría cubrir aquellos cien kilómetros en apenas un cuarto, o a lo sumo una hora.

Tercero  ejemplo.- Si nuestro abuelo milagrosamente “despertara”, desearía “dormirse” inmediatamente de nuevo, si de improviso se viera arrastrado por una corriente de 900 ó 1000 personas, para obligarle a viajar por los aires en un monstruoso pájaro, en compañía de aquel pertrechado Regimiento. El ejemplo de un  viaje a la Luna, para que nuestro abuelo no creyera que nos estábamos mofando de él, ni se lo mencionaríamos.

Para no extendernos demasiado, cuarto y último ejemplo.- Nuestro abuelo era casi analfabeto, sus pocas letras las cultivaba con el libro más reconocido de Don Miguel de Cervantes  (conservado en nuestro poder y que guardamos como celoso recuerdo). ¿Qué pensaría nuestro abuelo, si en un repentino despertar, comprobase que prácticamente todos los libros del mundo, le eran ofrecidos apretando solamente un botón?.

Valiéndonos solamente de los pequeños ejemplos anteriormente citados, por no relacionar una interminable lista, ¿quién puede dudar de las innegables ventajas que nos ofrece nuestro actual mundo científico, industrial y cultural?, no será nuestro caso, las valoramos y las reconocemos en su justa medida. Ahora bien, lo que verdaderamente nos duele reconocer, es que como resultado y a pesar de ese “Progreso”, todos los humanos sin distinción de pensamiento, raza o condición, más inconsciente que conscientemente, hemos derivado hacia una situación social  y económica verdaderamente esclavista, insoportable e insostenible; soportable y sostenible (momentáneamente) únicamente por aquéllos que con malsana conciencia, sacan provecho de lo que en justicia y derecho no les debía pertenecer, y que debiera ser usufructo de toda la Sociedad.

Teniendo en cuenta la caótica situación social y material que está sufriendo nuestro Planeta, no es absolutamente necesario invocar los augurios de “Nostradamus” o del “Calendario Maya”, para tratar de asimilar o comprender ese desquiciado estado de cosas; lo más lamentable de nuestra insoportable situación global, es que empecinadamente, dirigidos por un ciego y torpe egoísmo, nos obstinamos en querer defender algo como exclusivamente nuestro, cuando en realidad pertenece también a nuestro prójimo, con lo cual más a la corta que a la larga, el fracaso lo tenemos perfectamente asegurado.

Hasta aquí, nuestro pensamiento se ha concentrado casi exclusivamente, en una reflexión de nuestra lastimosa situación material; Gandi supo definirla acertadamente,  “El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para el egoísmo de algunos”. Esa acertada y nunca mejor descrita situación material de la Humanidad, además de crear injustificables situaciones sociales a nivel global, está poniendo en serio peligro la continuidad de nuestra “Incivilización”, pero nosotros y especialmente ELLOS,  estúpidamente “erre que erre”, creyéndose dueños absolutos de la verdad, la razón, el derecho y la PROPIEDAD.

Como aprendizaje social y humano, creemos sinceramente que sólo una “severa lección”, podrá despertarnos a la realidad. ¡¡¡Si no invertimos radicalmente de 180 grados nuestros pensamientos y conductas, el camino hacia esa “gravísima experiencia” lo tenemos ya casi recorrido!!!.




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