lunes, 14 de diciembre de 2009

OBSERVANDO NUESTRO PLANETA

OBSERVANDO NUESTRO PLANETA TIERRA


POBLACION MUNDIAL

Matemáticamente y basándonos en cálculos fiables, se pueden establecer gráficos muy aproximativos de los niveles de crecimiento mundial referidos a la densidad de población. Uno de esos cálculos, establece que cada 15 segundos nacen 41 individuos y fallecen 13, lo cual determina que cada segundo 1,8 individuos es el remanente de población, que multiplicado por los 31.536.000 segundos del año, equivale a un aumento de población mundial anual de 56.764.800 individuos . Habida cuenta que según cálculos oficiales, al día 15 de mayo de 2008 la población mundial era de 6.667.000.000 de habitantes, en los albores del año 2050 al ritmo de crecimiento demográfico actual, la tierra puede estar poblada por unos 9.000 millones de habitantes.


DESERTIZACION

En cuanto a la desertificación del planeta, según datos del Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 35% de la superficie terrestre puede considerarse como zonas desérticas. Unos 110 países se integran en esa zona, donde unos 1200 millones de habitantes que la pueblan, subsisten penosamente de los escasos recursos generados en su medio. El cambio de los cultivos secuenciales por los intensivos, la tala desenfrenada de los bosques, el efecto invernadero, los incendios y el mal uso del agua, son los factores determinantes de esa desertización.
España es el país de la UE con máximo índice de desertización.




DIOXIDO DE CARBONO (co2)


Un elemento muy importante y que es sin duda el que más está incidiendo en el deterioro de nuestro planeta, es el fenómeno del efecto invernadero provocado por la emisión de gases, principalmente el dióxido de carbono y el metano, que al quedar en suspensión en la atmósfera, forman una especie de campana alrededor de la tierra, la cual impide que el calor reflejado por el sol sobre la tierra vuelva de nuevo al espacio y quede concentrado en torno a la misma, fenómeno este que se agudiza año tras año, provocando un cambio climático sobre nuestro planeta de incalculables e inimaginables consecuencias, entre las cuales como ya aparentes y de no poca importancia, cuentan la rápida disminución de las masas de hielo polares y desaparición de glaciares terrestres, la destrucción de la capa de ozono de la estratosfera (filtro de los rayos ultravioleta solares), cambios de las corrientes oceánicas, devastadores efectos meteorológicos, etc, etc.

Lo paradójico de esa situación, es que aún siendo de total dominio público, reunión tras reunión para tratar de al menos estabilizar el proceso, los poderes políticos que deberían pausar esa desenfrenada carrera, se ven impotentes para ello, manipulados por el ciego salvaje y despiadado poder económico.




SUPERFICIE BOSCOSA DEL PLANETA


Investigaciones científicas revelan que en los últimos 8000 años, la mitad de las 6000 millones de hectáreas que cubrían nuestro planeta han sido destruidas, siendo actualmente unos 3000 millones de hectáreas de bosque las que todavía permanecen sobre la superficie terrestre del planeta . Para darnos una idea de las proporciones de destrucción de esa masa boscosa, bastará considerar que sólo en el verano del 2008 y como ejemplo más significativo, unas 300.000 hectáreas (equivalente a 300.000 campos de fútbol) de bosque y matorral fueron destruidas por el fuego en el estado de California/USA, lo cual, unido a los incontables otros incendios que se producen en otras partes del planeta, así como la incontrolada y salvaje deforestación que se lleva a cabo en muchos países, puede darnos una idea aproximada de la rapidez con que se está llevando a cabo la destrucción de los 3000 millones de hectáreas de zona boscosa que restan sobre la superficie terrestre, pulmones del planeta.

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Hasta aquí y someramente, en capítulos precedentes hemos hecho referencia a los cuatro elementos que muy interrelacionados entre sí, (aumento de la población mundial, desertización, CO2, y bosques mundiales) son los factores que principalmente están cambiando y a corto plazo determinarán mucho más las condiciones medioambientales, sociales y económicas de nuestro planeta.

La interrelación de los precitados elementos es meridianamente clara, el lamentable, por no calificar de fatal resultado de la acción de los mismos converge en un punto principal “disminución y escasez de recursos”, y cuyos efectos se están manifestando ya de forma devastadora sobre numerosos países, que mal cobijan aproximadamente a una cuarta parte de la población mundial, donde la tasa de crecimiento demográfico no disminuye y el proceso de desertificación es imparable, lo cual agudiza día a día su caótica situación. Lo más lamentable de esa situación, es que los paises que principalmente la sufren, en otros tiempos fueron invadidos, expoliados y ultrajados, por aquéllos que son los mayores causantes de los factores que están provocando tal estado de cosas, persistiendo ciega y egoístamente no solamente en esa actitud, sino también negándoles la ayuda del 0,7% de su PIB (Asamblea General Naciones Unidas, resolución 2626, XXV, año 1970).

Capítulo aparte, también merece una especial atención la contaminación y la polución provocada por radiaciones nucleares, naufragios de grandes buques petroleros, vertido de residuos inorgánicos tanto a ríos como a lagos u océanos, el incontrolado masivo uso tanto de insecticidas como de herbicidas y fungicidas, así como el despilfarrador uso de plásticos, etc. etc., .que han convertido nuestro planeta, a nivel terrestre y marítimo en una inmensa cloaca y estercolero, un peligro constante para cualquier clase de vida biológica.

Importantes personajes tanto del mundo científico, como del social o político, nos han alertado y continúan haciéndolo, advirtiendo de las importantes e irreversibles consecuencias que derivan y seguirán derivando, de la loca carrera emprendida por los humanos, sin que hasta el momento presente, ningún poder político parezca tomarlo en consideración. Sería loable que alguno de ellos, empezando por los de mayor peso específico, tuviera el valor moral y la determinación necesaria, para rectificar los errores cometidos, adoptando para ello medidas, si bien en principio impopulares, muy necesarias para restablecer los desequilibrios naturales causados a nuestro maltratado planeta, ya que el drama a este respecto, se presentará cuando el camino andado no pueda ser desandado. ¿A quién podrán ir a demandar por los perjuicios causados, nuestras no muy lejanas futuras generaciones?. El peso de anticiparnos a esa reclamación, de los hijos de nuestros hijos, recae sobre cada una de nuestras conciencias.

Por último y con especial mención, por el apocalíptico peligro que ello significa, debemos referirnos a la carrera nuclear emprendida por países, en todas áreas del planeta, donde las consecuencias de cualquier percance, aunque sólo sea accidentalmente y a nivel civil, nos han demostrado ser catastróficas (Chernobil, 26 abril 1986); y donde a nivel de conflicto, los efectos serían devastadores, con el ataque y contraataque de los países en litigio. La posibilidad de semejantes acontecimientos bélicos no es descartable, teniendo en cuenta las radicales posturas de algunos países, en posesión de esas armas nucleares.

Hemos de convenir, que si las casi irreversibles amenazas naturales que nos acechan, podrían tener solución, también hemos de aceptar que el peligro de un conflicto nuclear sería de consecuencias irreversibles. Reflexionando sobre la posibilidad de tales circunstancias, deberían organizarse manifestaciones de dura resistencia civil en todos los países, para exigir a los poderes públicos, la total destrucción de arsenales nucleares. ¡¡¡ Hemos casi totalmente destruído un paraíso, pero todavía podemos regenerarlo, donde con buena voluntad, podríamos continuar viviendo dignamente por tiempo indefinido !!!, para ello sólo sería necesario cambiar nuestro estúpido y exacerbado egoismo, por un sincero y razonable altruismo. Creámoslo, no resultaría en absoluto caro adoptar esa postura moral, comparado con el incalculable precio que deberíamos pagar en caso de cualquier conflicto nuclear. ¿Acaso el valor de una sola vida humana, no es superior al valor de todas las riquezas materiales de este mundo?, sólo con imaginar que uno de nuestros hijos, podía ser una de las víctimas, seguro que aceptábamos esa valoración. Reflexionemos seriamente sobre estos asuntos; reflexiones obligadas para cualquier ser humano, sea cual sea su raza, pensamiento, clase o condición.



PS. Si verdaderamente te identificas o compartes alguno de los pensamientos de esta página Web, ¡por favor!, no te lo reserves, compártelo con alguien de tu entorno; ¡podemos despertar nuevas conciencias!. Ese es el único y verdadero fin que perseguimos.

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