jueves, 2 de febrero de 2012

NOSTRADAMUS, EL CALENDARIO MAYA Y OTROS ARMAGEDONES


NOST­­­RADAMUS, EL CALENDARIO MAYA Y OTROS ARMAGEDONES

La posibilidad de una catástrofe, provocada por fuerzas sobrenaturales, que puedan causar el fin de nuestra existencia o de nuestra Civilización, para mal de muchos y bien de pocos, ha sido y continúa siendo alimentada, por una serie de diferentes creencias religiosas y profecías de diferentes personajes a lo largo de toda la Historia. Generalmente todas las predicciones relacionadas con esa hipotética catástrofe, siempre son de nuevo recordadas, cuando catástrofes naturales o de tipo social o humano golpean duramente nuestra situación global, como es el caso actualmente.

Si hemos de ser sinceros, en cuanto a nuestra supervivencia sobre el Planeta , ninguno de los vaticinios del epígrafe o cualquier otro de la índole, ha conseguido perturbar nuestro espíritu acerca  de nuestra seguridad y confianza sobre una futura y larga existencia de la Humanidad sobre la Tierra.  Ahora bien, nuestras sensaciones de supervivencia no son tan positivas, cuando pensamos en la posibilidad de un brusco e inesperado accidente geofísico sufrido por nuestro Planeta, o reflexionamos acerca del inmenso poder destructor que obra en manos del ser humano. Veamos nuestras reflexiones al respecto, subdivididas en dos diferentes aspectos, de una parte los posibles accidentes derivados a partir de  fenómenos naturales,  y en el otro supuesto, los posibles accidentes provocados por la estupidez humana.

Respecto al primer supuesto, modernos  geólogos y geofísicos, parecen haberse puesto de acuerdo, en que el nacimiento de nuestra Madre Tierra tuvo lugar hace 4.400 ó 4.500 millones de años. Esos mismos científicos nos confirman, que en el transcurso de ese tiempo,  nuestro actual Planeta partiendo de una masa  incandescente,  el paulatino enfriamiento  de ésta se convirtió en una  masa terrestre, rodeada por una enorme masa líquida, ambas masas sometidas a unas fuerzas telúricas, cuya  influencia distribuyó el peso de aquella enorme masa terrestre de manera más o menos proporcional, a lo largo y ancho de la masa líquida, formando los cinco Continentes.

Es a partir del momento que las condiciones medioambientales del Planeta fueron las apropiadas, que el proceso bioquímico unicelular, iniciado hace millones de años, propició las primeras formas de vida, cuyo proceso evolutivo pluricelular, ha conformado a lo largo de millones de años, las diferentes formas de vida terrestres y marítimas existentes y desaparecidas, todas ellas sin excepción, programadas y desarrolladas a través del ADN (ácido desoxirribonucléico) de su base unicelular.

 Numeros­­­­­os han sido los estudios y teorías formuladas por geólogos y geofísicos, para explicar los naturales y enormes cambios sufridos por nuestro Planeta durante millones de años, tales como glaciaciones, explosiones solares, impactos de meteoritos, terremotos, erupciones volcánicas, cambios climáticos, inversión de los polos magnéticos, etc., fenómenos que a través de una permanente y espaciada sucesión­­­­­­­, han determinado la actual configuración  geofísica de nuestro Planeta, con su incontable número de formas de vida vegetal y animal terrestres y marítimas.

Para comprender los enormes cambios sufridos por nuestro planeta, como resultado de fenómenos naturales, hemos de hacer un verdadero esfuerzo mental, para poder equiparar nuestro limitado sentido del tiempo, con el que ha precisado la Tierra en su lenta evolución durante esos millones de años, válganos  el ejemplo de la disgregación de aquella masa terrestre inicial, desplazada  centímetro a centímetro, hasta formar los cinco Continentes, sujetos desde el inicio hasta nuestros días, a un casi imperceptible  y perpetuo movimiento.

Hemos considerado conveniente hacer un breve resumen de la evolución geofísica de la Tierra, para justificar nuestro rechazo a cualquier esotérico vaticinio humano relativo al fin de nuestro Mundo, aceptando únicamente la posible desaparición de nuestra especie, como ha ocurrido con otras, por ejemplo la de los dinosaurios hace unos sesenta y cinco millones de años, a causa de alguno de los fenómenos naturales   sufridos en aquel periodo. ¿Qué fenómeno natural podrá hipotéticamente ser el causante de una catástrofe,  para provocar el establecimiento de nuevas formas de vida sobre nuestro Planeta?, simplemente, alguno de los ya descritos anteriormente,  ¡la Historia lo contará, si permanece alguien para escribirla!; a este respecto podemos sino descartar esa posibilidad, como mínimo dejarnos indiferentes por mucho tiempo ese pensamiento, teniendo en cuenta que nuestra primera abuelita “Lucy”, vino al mundo hace aproximadamente 3 millones de años, cuyos descendientes de no cometer alguna “grave tontería”, bien podrían superar durante otros tantos millones de años, su penosa existencia sobre esta “atormentada” Tierra, donde afortunadamente, nosotros pobres mortales, sólo hemos de sufrir esa  experiencia  no mucho más allá de los cien años, en el mayor de los casos.

En cuanto a la segunda posibilidad, es decir una catástrofe provocada por la irracionalidad humana,  la consideramos mucho más factible en el tiempo, que otra de tipo natural, habida cuenta del imparable progreso científico, del que lamentablemente ya se experimentaron sus terribles efectos en un próximo pasado,  ¡¡¡estando todavía en aquel tiempo en fase de experimentación  aquel ”progreso”!!!,  y que actualmente aquel destructivo poder científico, se ha visto mil veces superado por recientes y constantes experimentos de tipo físico y bioquímico, en manos y  bajo el control de “pobres diablos”, sujetos en cualquier momento al desequilibrio de sus conductas.

Todos nuestros respetos  para Nostradamus , el Calendario Maya (del cual supuestamente conoceremos su desenlace a finales de este año) u otros Armagedones; en todo caso, si algo verdaderamente nos preocupa, no son esos vaticinios,  sino la irracionalidad con que el “supuesto ser racional”, hace uso del más elevado don que le ha sido concedido, y que paradójicamente  se está esforzando en descifrar; ¡¡¡vanos intentos de descubrir  la condición  creativa de los cincuenta billones de células que conforman  su existencia, y algo más insondable todavía, descubrir el espíritu que las anima!!!.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario