España, presa fácil para los fondos
buitre
Publicado el 15-01-2014 (VERDAD
DIGITAL-F. Huertas)
Los fondos buitre del capital
internacional, que llevan desde el estallido de la crisis planeando sobre la
economía española, se han lanzado a devorar a su víctima. Desde el pasado
verano de 2013 se multiplican las operaciones que se cierran sobre los activos
tóxicos de los bancos, el sector inmobiliario y las empresas más endeudadas, en
concurso de acreedores o con problemas financieros, al tiempo que acechan
nuevas oportunidades.
El rescate bancario, provisionando
con dinero público los créditos fallidos de las cajas de ahorros, las presiones
de Bruselas para “deshacerse de activos” y la restricción del crédito han
creado las condiciones óptimas para el banquete de los buitres.
Las antiguas cajas “nacionalizadas”
y dirigidas por el FROB, con Bankia a la cabeza, y los bancos que se han
adjudicado cajas por “1 euro”, como el Sabadell con la CAM, han empezado a
vender carteras de créditos y divisiones inmobiliarias a precios de saldo que
garantizan millonarios beneficios para estos fondos.
Los norteamericanos han sido los primeros en lanzarse a cerrar operaciones. Los fondos Apollo, especializados en las carteras de créditos e inmobiliarias, se han hecho ya con la filial de créditos al consumo, Finanmadrid, de Bankia, el negocio inmobiliario de Catalunya Banc y con EVO Bank de Novagalicia. Cerberus, vinculado al Partido Republicano de Bush, con el que se asocia el hijo de Aznar para sus operaciones en España, “compró” la gestora inmobiliaria de Bankia. El también norteamericano Blakstone, se hizo en junio con 1.800 viviendas de la Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid por el 40% de su valor. HIG Capital ha sido el primero en hacer negocio con el banco malo, Sareb, haciéndose con una cartera de inmuebles valorada en 100 millones de euros.
"Cada vez hay menos sitios en el mundo donde se puedan conseguir los beneficios que se consiguen en España (ejecutivo Banca Rotschild)" Una lista cada día más larga: Corsair Capital, Carlyle Group, Blackstone, York Capital Management, Guggenheim Investment, Oak Hill, TPG, Centerbridge, Lone Stat, KKR, Oak tree, Lindoff, Colony, Aktiv Capital, Oko Investment...
Otros, que se autocalifican como fondos de capital riesgo, han puesto la diana sobre las empresas endeudadas y con un margen mínimo de negociación. Empresas en concurso de acreedores, o con problemas por la imposibilidad de acceso al crédito; con un alto poder exportador o de consumo en sectores como el hotelero, el transporte logístico, la agroalimentación, informática, el audiovisual o el llamado lujo asequible. Un negocio redondo, al comprar empresas con problemas de gestión financiera pero no del negocio en sí –la mayoría con beneficios-, comprarlas sin apenas deudas (con descuentos de hasta el 95%) y con una estrategia clara, mantenerse en el capital periodos de tiempo de entre cinco y siete años, y desinvertir con grandes beneficios.
Pescanova, Panrico…
Quizás el caso más significativo sea lo que está pasando con Pescanova (en concurso de acreedores), los fondos buitre KKR (norteamericano) y Ergon Capital (belga) asociados a la cervecera Damm -de la familia Carceller, asociados al grupo alemán Oetker- están presionado para hacerse con el control consiguiendo descuentos entre el 80% y el 90% de la deuda.
En los últimos cinco años unas 40.000 empresas han entrado en concurso de acreedores. La mayoría, pequeñas y medianas o en sectores poco “atractivos”, han acabado cerrando. Otras, como Campofrío, Uralita, Flex, Pikolín, Scalextrix, Cacaolat, Clesa… o ahora Fagor, entran en la órbita de los fondos buitre, y una vez controladas son sometidas a draconianas condiciones de gestión financiera y de personal, con despidos masivos y rebajas salariales como está ocurriendo con Panrico -800 despidos y una rebaja salarial entorno al 20%- desde que KKR entró en el accionariado.
Los “activos tóxicos” de la banca alimentan a los buitres
Los llamados “activos tóxicos” (carteras de créditos, activos inmobiliarios…) se han convertido en el principal alimento de los fondos buitre. Fondos como Cerberus, TPG, y Centerbridge se han hecho con las divisiones inmobiliarias y financieras de Bankia, La Caixa o Banesto comprando prácticamente gratis con descuentos de hasta un 95%.
"Los bancos se llevan limpios unos milloncejos vendiendo a precio de “gallina robada” los activos ya provisionados" Basta un simple análisis a lo ocurrido en Bankia (“nacionalizada” por el FROB) y el Sabadell para darnos cuenta de lo que está ocurriendo. Bankia acaba de vender a Cerberus tres carteras de créditos integradas por 76.000 operaciones (créditos al consumo de particulares y préstamos de autónomos y pymes) valoradas en 1.354 millones de euros por ¡68 millones de euros!, un precio 95% inferior a su valor, es decir un margen de 1.286 millones de euros para que los buitres exploten estos activos actuando con los antiguos clientes de Bancaja y Caja Madrid como auténticos “cobradores del frac”. Es la tercera operación de Bankia de este tipo, en total 2.300 millones de euros vendidos por 115 millones, ¡2.185 millones para alimento de los carroñeros!
Lo mismo ocurre con el Banco Sabadell que ha vendido dos carteras de créditos de 632 millones de euros (provenientes de la antigua CAM que se adjudicó por el precio simbólico de un euro) al noruego Aktiv Capital y al fondo norteamericano Elliot por el precio de 41,2 millones. También con un descuento del 95% (¡590,8 millones de euros de margen para alimento!).
¿Pero cómo es posible que vendan por estos precios? La respuesta es tan sencilla como indignante: los bancos venden después de haber cargado los costes a los ciudadanos; se están vendiendo paquetes de créditos o activos inmobiliarios totalmente provisionados con el dinero público entregado a los bancos. Éstos se llevan limpios unos milloncejos vendiendo a precio de “gallina robada” los activos ya saneados y entregando a sus clientes, familias, autónomos y pymes al festín mil millonario de los fondos buitres.
Cumbre de buitres. No es inversión es saqueo
A la vista de lo que está pasando cómo no estallar de ira ante las declaraciones del gran patrón de la banca, Emilio Botín: “Es un momento fantástico para España. El dinero llega de todas partes”. O cuando Rajoy y sus ministros pretenden convencernos de que “los mercados vuelven a confiar en el país y hay ganas por invertir en España”.
Los participantes en la cumbre de fondos buitre, Capital & Corporate, celebrada en noviembre pasado en Madrid, dejaron bien claros sus objetivos. En palabras de Beltrán Paredes, ejecutivo de Rothschild en España: “Cada vez hay menos sitios en el mundo donde se puedan conseguir los beneficios que se consiguen en España con un riesgo ya controlado”.
La asistencia masiva de estos fondos para “compartir información sobre cómo sacar más jugo a los precios de derribo de la economía española”, anuncia que lo que hemos visto en los últimos meses es sólo un aperitivo de lo que nos espera en 2014 y 2015.
No asistimos a un proceso de inversión productiva para sacar adelante el país, sino a otro capítulo más del saqueo masivo a los ciudadanos y de nuestros recursos entregados a precio de ganga al capital extranjero más agresivo, con unos intereses muy claros, llevarse el máximo de beneficios en el menor tiempo posible.
Las operaciones con los fondos buitre, sobre las que los afectados no tienen constancia hasta que se consuma la venta, suponen un virulento ataque a millones de ciudadanos y pymes atrapados por los bancos, al vulnerar el derecho de retracto, por el que la parte involucrada tiene derecho a acceder a la compra de su deuda por el mismo precio que se le vende a los fondos buitres.
¿Por qué se le entregan al capital extranjero más carroñero miles de millones, con descuentos del 95% sobre el valor de las carteras de créditos y no se le ofrece ese derecho y esa quita a las familias y empresas atrapadas por el paro, la rebaja de salarios o la ruina de sus pequeños negocios? No sólo es un derecho sino que además sería un motor de la recuperación económica, permitiría a millones de ciudadanos salir de la crisis y mantener cientos de miles de pymes.
Los norteamericanos han sido los primeros en lanzarse a cerrar operaciones. Los fondos Apollo, especializados en las carteras de créditos e inmobiliarias, se han hecho ya con la filial de créditos al consumo, Finanmadrid, de Bankia, el negocio inmobiliario de Catalunya Banc y con EVO Bank de Novagalicia. Cerberus, vinculado al Partido Republicano de Bush, con el que se asocia el hijo de Aznar para sus operaciones en España, “compró” la gestora inmobiliaria de Bankia. El también norteamericano Blakstone, se hizo en junio con 1.800 viviendas de la Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid por el 40% de su valor. HIG Capital ha sido el primero en hacer negocio con el banco malo, Sareb, haciéndose con una cartera de inmuebles valorada en 100 millones de euros.
"Cada vez hay menos sitios en el mundo donde se puedan conseguir los beneficios que se consiguen en España (ejecutivo Banca Rotschild)" Una lista cada día más larga: Corsair Capital, Carlyle Group, Blackstone, York Capital Management, Guggenheim Investment, Oak Hill, TPG, Centerbridge, Lone Stat, KKR, Oak tree, Lindoff, Colony, Aktiv Capital, Oko Investment...
Otros, que se autocalifican como fondos de capital riesgo, han puesto la diana sobre las empresas endeudadas y con un margen mínimo de negociación. Empresas en concurso de acreedores, o con problemas por la imposibilidad de acceso al crédito; con un alto poder exportador o de consumo en sectores como el hotelero, el transporte logístico, la agroalimentación, informática, el audiovisual o el llamado lujo asequible. Un negocio redondo, al comprar empresas con problemas de gestión financiera pero no del negocio en sí –la mayoría con beneficios-, comprarlas sin apenas deudas (con descuentos de hasta el 95%) y con una estrategia clara, mantenerse en el capital periodos de tiempo de entre cinco y siete años, y desinvertir con grandes beneficios.
Pescanova, Panrico…
Quizás el caso más significativo sea lo que está pasando con Pescanova (en concurso de acreedores), los fondos buitre KKR (norteamericano) y Ergon Capital (belga) asociados a la cervecera Damm -de la familia Carceller, asociados al grupo alemán Oetker- están presionado para hacerse con el control consiguiendo descuentos entre el 80% y el 90% de la deuda.
En los últimos cinco años unas 40.000 empresas han entrado en concurso de acreedores. La mayoría, pequeñas y medianas o en sectores poco “atractivos”, han acabado cerrando. Otras, como Campofrío, Uralita, Flex, Pikolín, Scalextrix, Cacaolat, Clesa… o ahora Fagor, entran en la órbita de los fondos buitre, y una vez controladas son sometidas a draconianas condiciones de gestión financiera y de personal, con despidos masivos y rebajas salariales como está ocurriendo con Panrico -800 despidos y una rebaja salarial entorno al 20%- desde que KKR entró en el accionariado.
Los “activos tóxicos” de la banca alimentan a los buitres
Los llamados “activos tóxicos” (carteras de créditos, activos inmobiliarios…) se han convertido en el principal alimento de los fondos buitre. Fondos como Cerberus, TPG, y Centerbridge se han hecho con las divisiones inmobiliarias y financieras de Bankia, La Caixa o Banesto comprando prácticamente gratis con descuentos de hasta un 95%.
"Los bancos se llevan limpios unos milloncejos vendiendo a precio de “gallina robada” los activos ya provisionados" Basta un simple análisis a lo ocurrido en Bankia (“nacionalizada” por el FROB) y el Sabadell para darnos cuenta de lo que está ocurriendo. Bankia acaba de vender a Cerberus tres carteras de créditos integradas por 76.000 operaciones (créditos al consumo de particulares y préstamos de autónomos y pymes) valoradas en 1.354 millones de euros por ¡68 millones de euros!, un precio 95% inferior a su valor, es decir un margen de 1.286 millones de euros para que los buitres exploten estos activos actuando con los antiguos clientes de Bancaja y Caja Madrid como auténticos “cobradores del frac”. Es la tercera operación de Bankia de este tipo, en total 2.300 millones de euros vendidos por 115 millones, ¡2.185 millones para alimento de los carroñeros!
Lo mismo ocurre con el Banco Sabadell que ha vendido dos carteras de créditos de 632 millones de euros (provenientes de la antigua CAM que se adjudicó por el precio simbólico de un euro) al noruego Aktiv Capital y al fondo norteamericano Elliot por el precio de 41,2 millones. También con un descuento del 95% (¡590,8 millones de euros de margen para alimento!).
¿Pero cómo es posible que vendan por estos precios? La respuesta es tan sencilla como indignante: los bancos venden después de haber cargado los costes a los ciudadanos; se están vendiendo paquetes de créditos o activos inmobiliarios totalmente provisionados con el dinero público entregado a los bancos. Éstos se llevan limpios unos milloncejos vendiendo a precio de “gallina robada” los activos ya saneados y entregando a sus clientes, familias, autónomos y pymes al festín mil millonario de los fondos buitres.
Cumbre de buitres. No es inversión es saqueo
A la vista de lo que está pasando cómo no estallar de ira ante las declaraciones del gran patrón de la banca, Emilio Botín: “Es un momento fantástico para España. El dinero llega de todas partes”. O cuando Rajoy y sus ministros pretenden convencernos de que “los mercados vuelven a confiar en el país y hay ganas por invertir en España”.
Los participantes en la cumbre de fondos buitre, Capital & Corporate, celebrada en noviembre pasado en Madrid, dejaron bien claros sus objetivos. En palabras de Beltrán Paredes, ejecutivo de Rothschild en España: “Cada vez hay menos sitios en el mundo donde se puedan conseguir los beneficios que se consiguen en España con un riesgo ya controlado”.
La asistencia masiva de estos fondos para “compartir información sobre cómo sacar más jugo a los precios de derribo de la economía española”, anuncia que lo que hemos visto en los últimos meses es sólo un aperitivo de lo que nos espera en 2014 y 2015.
No asistimos a un proceso de inversión productiva para sacar adelante el país, sino a otro capítulo más del saqueo masivo a los ciudadanos y de nuestros recursos entregados a precio de ganga al capital extranjero más agresivo, con unos intereses muy claros, llevarse el máximo de beneficios en el menor tiempo posible.
Las operaciones con los fondos buitre, sobre las que los afectados no tienen constancia hasta que se consuma la venta, suponen un virulento ataque a millones de ciudadanos y pymes atrapados por los bancos, al vulnerar el derecho de retracto, por el que la parte involucrada tiene derecho a acceder a la compra de su deuda por el mismo precio que se le vende a los fondos buitres.
¿Por qué se le entregan al capital extranjero más carroñero miles de millones, con descuentos del 95% sobre el valor de las carteras de créditos y no se le ofrece ese derecho y esa quita a las familias y empresas atrapadas por el paro, la rebaja de salarios o la ruina de sus pequeños negocios? No sólo es un derecho sino que además sería un motor de la recuperación económica, permitiría a millones de ciudadanos salir de la crisis y mantener cientos de miles de pymes.
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