domingo, 21 de diciembre de 2014

QUEREMOS, DEBEMOS Y PODEMOS


¡¡¡ QUEREMOS, DEBEMOS Y PODEMOS !!!

Sin la necesidad de ningún estudio sociológico podría afirmarse, que a partir del momento en que el ser humano, alcanza una edad avanzada, se admite que el tiempo transcurre demasiado rápido, especialmente para aquéllos que empiezan a superar el “tercer plazo” de nuestra existencia, y por propias experiencias y vivencias personales, comprobamos que el tiempo transcurre incluso mucho más rápido para aquéllos que van alcanzando la cuarta o la quinta edad;  esos “jovencitos” pueden corroborar el rápido transcurrir del vencimiento de su deuda con la Naturaleza, donde los meses parecen transformarse en semanas y los años en meses, en total contraposición con aquellas sensaciones  veinteañeras de los mismos, cuando se consideraba que el tiempo transcurría tan lentamente, que parecía nunca íbamos a alcanzar una ansiada independencia.

Paradójicamente, y sin duda debido a los actuales y convulsionantes momentos políticos, económicos y sociales por los que está atravesando nuestra Sociedad, las sensaciones mencionadas en el precedente capítulo, se invierten de 180 grados con aquellas personas que han alcanzado la tercera edad, y mucho más por aquéllas que ya han entrado en la cuarta o la quinta, éstas experimentando de nuevo las sensaciones de aquellos  veinteañeros tiempos,  en que el tiempo parecía quedarnos estancado, en la lenta espera de la realización de nuestros futuros proyectos. Personalmente esas son las sensaciones que estamos experimentando actualmente, considerando que para gentes de la “quinta edad”, significa “fiarles muy larga” esa espera hasta los meses de mayo y noviembre del próximo año, primera y última etapa de partida, para que España empiece a experimentar un total cambio económico, político y social, no exento de pocas dificultades y problemas su consecución, en cuya labor, de acuerdo con nuestras posibilidades tanto físicas (ya bastante mermadas), como morales y mentales (éstas todavía intactas), queremos, debemos y PODEMOS ponerlas a la disposición de esa voluntariosa y pujante  juventud, comprometida en esa sacrificada y decidida lucha de cambios. Será para nosotros un placer, si aciertan ustedes a comprenden nuestras sensaciones de premura respecto a la espera de esos acontecimientos, que nos permitan contemplar a nuestros hijos y nietos disfrutando del bienestar, que desvergonzada y delictivamente a nosotros nos ha robado un corrupto Sistema.

 

 

 

 

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