COMPARTIENDO MESA
Este pasado
sábado 27 de diciembre, tuvimos el placer de compartir amable y distendida
mesa, en el local social de SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores del Campo)
Estepona, para degustar una bien cocinada paella, acompañados de un buen número
de gentes, representativas éstas de todo el arco iris político andaluz, si
exceptuamos aquellos colores que lógicamente se hubieran sentido fuera de lugar,
al tiempo que “desentonado” en aquel armonioso ambiente.
El calor del
Sol de aquella agradable mañana, sin duda también favoreció para aumentar el
acogedor clima que se disfrutó con aquel bien preparado condimento y su
interesante sobremesa. Hemos de reconocer que ese encuentro fue una agradable
experiencia para nosotros, que con sumo gusto volveríamos a repetir en el feudo
representativo de cualquiera de los mencionados colores del arco iris allí
presentes.
El encuentro
en cuestión, nos demostró la sintonía humana existente entre aquella variopinta
asistencia política, tan próximas sus respectivas ideas, que prácticamente se
confunden entre sí, motivo por el cual creemos que esos encuentros debieran
multiplicarse, para comprender y aceptar que las diferencias de los liberales pensamientos que nos animan,
son prácticamente inexistentes, bastaría la voluntad de realizar un mínimo esfuerzo para sintonizar
nuestras respectivas “ondas”, para que nuestra voz pudiera escucharse a nivel
nacional con la necesaria fuerza que se precisa, para hacer frente a los
desconcertantes momentos políticos, sociales y económicos que está viviendo el
país.
El
personalísimo comentario que acabamos de exponer, no dudamos que puede ser
compartido por una innumerable cantidad de gentes como nosotros, que resueltamente
han comprendido que poco o nada de lo que nos ofrece el actual Sistema, puede
favorecer o ayudarnos, para superar la difícil y complicadísima situación
política, económica, social y judicial a la que nos ha abocado la herencia de
aquella Dictadura y su sempiterno, caduco y obsoleto bipartidismo; luego se
revela indispensable, que con la máxima frecuencia posible, la liberalidad de
nuestros pensamientos continúen compartiendo mesa, para reforzar el son de
nuestra voz, y más que de nuestra voz, la de aquélla perentoria “Voz”, que
necesita escuchar nuestro país, que lo oriente y aconseje en el camino a seguir
para alcanzar la perdida e inalienable Dignidad y Soberanía de su ciudadanía. Para
aquéllos muchos que nuestra insoportable e insufrible situación política,
económica y social actual nos ha hecho despertar del letargo político en el que
estábamos sumidos, nos ha habilitado para escuchar y comprender esa “Voz”,
que como un reguero de esperanza se está extendiendo por toda España.
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