EL CASO “URDANGARÍN”
Un
cúmulo de dudas y preguntas se acumulan en nuestro cerebro para comprender cómo
se pudo urdir y desarrollar alrededor de él la colosal trama de engaños y
corruptelas, que día tras otro afloran a
la luz pública; una delictiva trama de cuyos tentáculos no escapan las más altas Instituciones políticas y
sociales.
La
primera duda que nos asalta está relacionada con el coeficiente intelectual de
este personaje, más sin tener un conocimiento personal del mismo; en todo caso
no nos atrevemos a concederle ni el más alto ni el más bajo de esos dos
coeficientes, aceptaríamos sin dudar cualquiera de los dos, porque ambos
justificarían y justifican la delicada situación económica y principalmente
social, de la que personalmente se ha hecho acreedor ; destacamos la social por
encima de la económica, porque ésta, está sobradamente cubierta por el
patrimonio de la Familia Real, estimado en una cifra aproximada de 1800
millones, según la prestigiosa revista “Forbes”, suficiente para cubrir más de
doscientas veces la fianza de 8 millones, que en principio ha pedido la
Fiscalía para él, y que a buen seguro podrá “fácilmente” aportar, para evitar
el deshonor “real” de su entrada en prisión.
Repetimos,
una maraña financiera de semejante dimensión, necesita como dejamos dicho del
apoyo y dirección de alguien, que valiéndose de una dudosa inteligencia, que más
bien calificaríamos de astuta prevaricación, cubierta por el alto rango social
que la amparaba y continúa amparando, significa en su esencia la verdadera justificación de los hechos.
Nuestra
transición “democrática” postfranquista, está salpicada un día sí y otro también
por tan importantes casos de corrupción especialmente política, que nos sitúan
con toda seguridad, en uno de los primeros puestos del ranking, en cuanto a
personajes corruptos por metro cuadrado a nivel mundial; ¡¡¡nadie pondrá en
duda que nuestra “señora Justicia” debe correr con la principal responsabilidad
de esa delictiva situación!!!, tan vergonzosa, que los principales medios de
comunicación del Planeta se están haciendo eco de ella, para deshonor de
nuestra propia dignidad.
Muchos,
por no decir la mayoría de los casos de corrupción están relacionados, con las
más importantes Instituciones del Estado, desgraciadamente el que es objeto de
nuestro comentario, estrechamente ligado a la más alta de ellas, lo cual pone
en entredicho la honorabilidad de la misma, confirmándonos que aquellos totalitarios
e inviolables privilegios y derechos decimonónicos de tal Institución, que se
alargaban y continúan alargando para
favorecer a todos sus miembros, actualmente representan una anacrónica e inaceptable
situación político social, impropia de cualquier moderna democracia.
El asunto que estamos tratando, no deja de tener su importancia desde el punto de vista económico, ahora bien, su verdadera importancia radica en el hecho de que afecta directamente a la más alta Institución del Estado, la Monarquía, por lo que un
justo y salomónico desenlace del caso “Urdangarín”, debería ser el punto de
inflexión, que marque la regeneración política y judicial de nuestro país;
significaría el aldabonazo necesario para la recuperación de la perdida
confianza del Pueblo en nuestras Instituciones Políticas, Económicas y
Judiciales, indispensable para un nuevo ordenamiento social, político y
económico, sin el cual se nos antoja imposible la recuperación de la honorable,
deseable y verdadera marca “España”.
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