“QUERER ES PODER”
El señor
Monti, Presidente interino de la República italiana, ha expresado recientemente
su deseo de convocar de urgencia, una reunión del Consejo europeo, para tratar
del general malestar populista, y su creciente desafección hacia la Comunidad
europea.
Con toda
seguridad, las preocupantes sensaciones experimentadas por el señor Monti,
serán también compartidas por el resto
de sus colegas gubernamentales europeos. En cuanto al motivo de sus
preocupaciones, no cabe la menor duda que todos ellos, conocen perfectamente y
en profundidad, el origen y desarrollo de las causas del problema que los tiene
férreamente atenazados, “nuestro global fiasco económico financiero”.
Insistimos,
conocen con todo lujo de detalles, el origen y las causas de nuestras globales
dolencias, lo cual para ellos no deja de ser una estimable ventaja conocer la
etiología del mal, puesto que ese conocimiento les facilita el camino para
tratarlo, una vez conocido su meridiano diagnóstico; una ardua labor su
tratamiento, pero nada complicada, desarrollada con un mínimo de honradez y
verdadera vocación profesional, abordando con efecto retroactivo y sin
excepción cada uno de los errores o males cometidos.
Luego…,
siendo tan sencilla la receta que debería acabar con nuestra “enfermedad”, ¿porqué los responsables que en principio y
fin, deben velar por la defensa de nuestra salud, no adoptan definitivamente el
sencillo remedio de esa Pandemia, en lugar de improvisar una tras otra, ineficaces
e inútiles fórmulas, que no hacen más que prolongar nuestra agónica enfermedad?.
La respuesta
a la pregunta que acabamos de formular, es también muy sencilla, “enfrentarse a
esos males o errores, significaría un ataque frontal hacia su propio status e
intereses personales, formando ellos mismos, parte integral del gravísimo problema que
tiene planteado nuestra Sociedad, sometidos dócil y servilmente al poderoso
Señor que los manipula y alimenta, con el estúpido agravante de estar a la corta
y a la larga, socavando sus propios cimientos, violando y prostituyendo el sagrado
deber que juramentan, para representar y defender los derechos de quienes les
otorgan ese poder, todo ello en perjuicio del conjunto de nuestra Sociedad”.
Con toda sinceridad pensamos que, hasta que
los 7000 millones de habitantes del planeta, no tomemos conciencia de los
sencillos y humildes pensamientos que
acabamos de exponer, actuando en consecuencia contra esos endémicos errores o
males, no sabremos ni podremos sobreponernos, a la perversa esclavitud que nos
tiene sometidos ese poderoso “Señor”.
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