INDEPENDENTISMO
Y DESAFECCIÓN NACIONAL
Al igual que
ocurre con todas manifestaciones, la celebrada el día de ayer en Barcelona, con
motivo de la Fiesta oficial de Cataluña, desde el punto de vista estadístico,
las cifras de asistencia son muy dispares a nivel oficial o popular; 600.000
manifestantes según cifras gubernativas, y 1.500.000 según estimación popular;
para contentar ambas partes, si se establece la media entre ambas, alcanzamos
la significativa cifra de 1 millón de personas, ¡¡ verdaderamente inimaginable,
ya lo sería incluso la “modesta” cifra oficial de 600.000 manifestantes !!.
La importantísima
manifestación del pueblo catalán, con motivo de la celebración de su “Diada”,
obliga a cualquier tipo de observador a
profundas reflexiones, teniendo en cuenta la extraordinaria magnitud de la
misma.
La primera y
más importante reflexión acerca de esa multitudinaria concentración de gentes,
incita a pensar en el porcentaje de manifestantes, que la asumieron con el
espíritu de un verdadero sentimiento independentista, para lo cual estaban
convocados, y de otra parte el porcentaje de gentes que acudieron a la
manifestación, para expresar un sentimiento de desafección y rechazo, hacia la
política de un gobierno o gobiernos, que desde 1711 no han sabido respetar la
cultura y costumbres de un congénito sentimiento nacionalista catalán.
La siguiente
reflexión, nos obliga a pensar en la importante deriva hacia ese sentimiento
independentista catalán, actualmente exacerbado por la delicadísima situación
socio económica que está atravesando nuestro país, motivada por una delictiva
Crisis económica financiera global. Preocupa, y mucho, pensar que en el año
2000, el porcentaje independentista catalán, se cifraba aproximadamente en un
10 % de su población, para según datos oficiales alcanzar el 30 % en el año
2011.
Una
explicación de la importante deriva independentista, especialmente desarrollada
en estos últimos años, puede sin duda
justificarse, a causa del enorme deterioro socio económico que está sufriendo
nuestro país, provocado por el estallido de una vergonzosa e insoportable
Crisis; el porcentaje de desafección y rechazo hacia un Estado centralista, no
cesará de ir en aumento, en la medida que su Administración, se muestre incapaz
de ofrecer una mínima satisfacción social al país que dice gobernar.
Lo más
alarmante de la situación que está atravesando nuestro país, es la incapacidad
política que se está manifestando, para abordar nuestra delicadísima y
degenerativa situación económica y
social, cuya recuperación, despiadadamente
la Administración Central intenta llevarla a cabo, a través de contraproducentes,
erróneos, insoportables, injustos e inhumanos sacrificios exigidos al Pueblo, que
de perdurar, cualquier movimiento político en falso, puede degenerar en graves
consecuencias, especialmente a nivel de nacionalismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario