miércoles, 12 de septiembre de 2012

INDEPENDENTISMO Y DESAFECCIÓN NACIONAL


INDEPENDENTISMO Y DESAFECCIÓN NACIONAL

Al igual que ocurre con todas manifestaciones, la celebrada el día de ayer en Barcelona, con motivo de la Fiesta oficial de Cataluña, desde el punto de vista estadístico, las cifras de asistencia son muy dispares a nivel oficial o popular; 600.000 manifestantes según cifras gubernativas, y 1.500.000 según estimación popular; para contentar ambas partes, si se establece la media entre ambas, alcanzamos la significativa cifra de 1 millón de personas, ¡¡ verdaderamente inimaginable, ya lo sería incluso la “modesta” cifra oficial de 600.000 manifestantes !!.

La importantísima manifestación del pueblo catalán, con motivo de la celebración de su “Diada”, obliga a cualquier tipo de observador  a profundas reflexiones, teniendo en cuenta la extraordinaria magnitud de la misma.

La primera y más importante reflexión acerca de esa multitudinaria concentración de gentes, incita a pensar en el porcentaje de manifestantes, que la asumieron con el espíritu de un verdadero sentimiento independentista, para lo cual estaban convocados, y de otra parte el porcentaje de gentes que acudieron a la manifestación, para expresar un sentimiento de desafección y rechazo, hacia la política de un gobierno o gobiernos, que desde 1711 no han sabido respetar la cultura y costumbres de un congénito sentimiento nacionalista catalán.

La siguiente reflexión, nos obliga a pensar en la importante deriva hacia ese sentimiento independentista catalán, actualmente exacerbado por la delicadísima situación socio económica que está atravesando nuestro país, motivada por una delictiva Crisis económica financiera global. Preocupa, y mucho, pensar que en el año 2000, el porcentaje independentista catalán, se cifraba aproximadamente en un 10 % de su población, para según datos oficiales alcanzar el 30 % en el año 2011.

Una explicación de la importante deriva independentista, especialmente desarrollada   en estos últimos años, puede sin duda justificarse, a causa del enorme deterioro socio económico que está sufriendo nuestro país, provocado por el estallido de una vergonzosa e insoportable Crisis; el porcentaje de desafección y rechazo hacia un Estado centralista, no cesará de ir en aumento, en la medida que su Administración, se muestre incapaz de ofrecer una mínima satisfacción social al país que dice gobernar.

Lo más alarmante de la situación que está atravesando nuestro país, es la incapacidad política que se está manifestando, para abordar nuestra delicadísima y degenerativa situación  económica y social, cuya recuperación, despiadadamente  la Administración Central intenta llevarla a cabo, a través de contraproducentes, erróneos, insoportables, injustos e inhumanos sacrificios exigidos al Pueblo, que de perdurar, cualquier movimiento político en falso, puede degenerar en graves consecuencias, especialmente a nivel de nacionalismos.

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