“CON UN PAN
DEBAJO DEL BRAZO”
Benditos
tiempos aquéllos, cuando la Sociedad nos
mostraba a la práctica totalidad de los padres de familia, ocupados en alguna
actividad, que les proporcionaba los sacrificados y dignos medios, para hacer frente con mayor o
menor holgura a sus necesidades
familiares, sin el desesperado y agobiante sentimiento de millones de ellos,
privados actualmente de inalienables derechos sociales.
Aun naciendo
dentro de aquéllas, y con frecuencia
humildes condiciones de seguridad social, se acostumbraba a decir que el niño venía
al mundo “con un pan debajo del brazo”. Para comprender el alcance del drama social,
que a nivel mundial estamos soportando,
es indispensable tener la experiencia de aquella humilde época, para poder
establecer una comparación con nuestra desesperada situación actual. A este
respecto, nuestra juventud está experimentando desagradables e insoportables
vivencias, pero carecen de la experiencia social de aquellos tiempos, para
valorar exactamente el desastre social que estamos atravesando, aceptándolo de
mayor o menor grado, como medio natural de su existencia.
La juventud
a la que estamos haciendo alusión, tiene el perfecto derecho de preguntar a la
Sociedad, quién o quiénes son los responsables de su desolada situación, al
igual que sus hijos, también les plantearán idéntica pregunta, de continuar
manteniendo nuestro bastardo Sistema, ¡¡si
consigue sobrevivir a sí mismo !!, misión imposible de no cambiar radicalmente
sus erróneos principios. Estúpidos políticos,
nos dan otra no menos estulta respuesta,
culpando a precedentes dirigentes de nuestro inadmisible e insoportable
orden social, cuando en realidad nuestra detestable situación, empezó a
gestarse hace varios decenios, pocos años después de la segunda Contienda
mundial.
Fue sin duda
a partir delos”60” que empezó desarrollarse nuestra universal Crisis; aquélla
no lejana, sencilla y humilde existencia de antaño, inconsciente y
engañosamente, la fuimos suplantando por un exacerbado hedonismo, dominado por
un irreflexivo y desmesurado consumismo,
bajo los auspicios de un engañoso y
esclavista culto del empréstito, muy bien orquestado y aprovechado por un
neoliberal, codicioso e insaciable Sistema Financiero, fuera de todo control,
que a través de sus Organizaciones Multinacionales, ha sabido sobreexplotar la
Economía Mundial hasta el límite de sus últimas posibilidades, y cuyos
beneficios ha sabido sustraer a la Sociedad, para refugiarlo en sus Paraísos
Fiscales, donde anualmente según estudios oficiales, se refugia un fraude
fiscal de 600.000 millones de dólares; actividad desarrollada y legalizada, con
el apoyo y la connivencia de corruptos sistemas políticos, sus politicastros
convertidos en esclavos de su propia servidumbre, cuyos servicios deben
considerarse tan delictivos, como la criminal conducta de su poderoso Señor
La
fraudulenta actividad de ese Sistema Financiero, unido a las beligerantes y aberrantes
conductas militares, políticas, económicas y financieras, adoptadas especialmente dentro de
los países de nuestro “Primer Mundo”, ha sumido a éste y al otro “Inframundo”,
dentro de un irreversible caos, del cual todos y cada uno de los humanos,
consciente o supinamente somos responsables.
Vamos a
detallar algunos casos, para facilitar la comprensión de las causas que
provocan nuestro actual caos económico y social. A título de ejemplo, “el
pan que trae debajo del brazo”, el “afortunado niño”, que tiene la suerte de
nacer en el país más poderoso de la Tierra, significa una Deuda de 50.000 dólares
(atribuible el mismo débito, a cada uno de los miembros de su familia),
equivalente individualmente a 40.000
euros de este Viejo Continente (su
abuelo Sam ha contraído una deuda de 15 billones de dólares, y el nietecito
tiene la ineludible obligación de rescatar esa horrible hipoteca); no será
tarea fácil para el niño ese rescate, teniendo en cuenta que la situación no es
tampoco muy brillante en su “bendito” país, allí también hay gente rebuscando
en los contenedores de basura, para poder sobrevivir. Para continuar citando
prácticos ejemplos, sin necesidad de desplazarnos a otras similares, pero
lejanas latitudes, vamos a citar el ejemplo de nuestro país; el niño que aquí
nace, al igual que el americano, también
viene con “un pan debajo del brazo”, valorado en 20.000 euros ¡¡in
crescendo!! (repetimos, importe que
también hipoteca a cada uno de los miembros de su familia); muchos millones de
ellos, con su padre tomando el sol los siete días de la semana y los 365 del
año, con la posible fortuna de que alguno
de ellos, sea asistido con una limosna de ¡¡ 400 euros mensuales !!.
Tratando de
encontrar una solución a esta caótica situación
económica y social, especialmente en beneficio de nuestra desconcertada
juventud, ¿quién y cómo puede ayudarla, orientarla o aconsejarla, para
encontrar la forma de amortizar esa deuda de
de 50.000 $ ó 20.000 € (1), principal
y primer obstáculo para su digno desarrollo social; deuda contraída en su
nombre, por sus propios padres, al igual que la que deben amortizar los que
nacen en la casi totalidad de otros países, todos ellos con una estancada y en
muchos casos recesión económica, agravada por un insultante y creciente desempleo?.
Si alguien
siente la curiosidad de conocer el horrible precio del pan, que traen debajo
del brazo los niños de otros países, el cálculo es muy sencillo, dividan el
importe de la Deuda Soberana del país, por su número de habitantes, y conocerán
la escalofriante hipoteca, que dejan como herencia esos padres a sus hijos.
Perspectivas de inquietante y difícil futuro,
para esta juventud y venideras generaciones; en sus manos queda la solución del caótico
problema heredado de sus padres; éstos, incapaces de ofrecerse una alternativa,
dócilmente entregados a la perversa y dictatorial esclavitud que los tiene
sometidos, un codicioso y criminal Sistema Económico Financiero, apoyado por corruptas,
delictivas y serviles “pandas
políticas”.
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