Siendo
objetivos y sinceros, ateniéndonos a las corrientes que determinan los actuales
acontecimientos sobre el Planeta, habríamos de reconocer, que la Sinrazón prima
sobre la inteligencia, en el comportamiento general de la especie humana.
A simple
vista, nuestra precedente observación puede parecer un tanto excesiva, pero si
examinamos con un mínimo detenimiento, los acontecimientos de tiempos pasados,
y aquéllos que actualmente configuran
nuestro mapa político, económico y social, siendo honestos, con toda humildad hemos
de admitir, que nuestra declaración,
acerca de la primacía de la Sinrazón sobre la Inteligencia, no admite ninguna
duda.
Si pudiéramos
disponer de algún aparato, cuya función encefalográfica, nos representase el constante desorden de nuestros pensamientos,
comprenderíamos inmediatamente la locura de algunos de nuestros
comportamientos, tanto físicos como morales; éstos, podrían ser fácilmente mesurables y
controlables, valiéndonos de aquel aparato; en cuanto a los espirituales o
religiosos, ponemos en duda pudieran ser
aceptablemente representados, a través de ningún artilugio, sin la ayuda
directa de aquel “adoptado” Ente Superior,
cuyas universales normas, nos son representadas de tan variopintas
formas, por sus “representantes terrícolas”, y que sólo sirven para aumentar más y más la confusión y el
desorden de nuestras conductas; inveterados defectos, que permanentemente acompañan, tanto a gentes situadas al Oriente como al Occidente
de nuestras coordenadas; circunstancia que unida a la “montaña rusa” de nuestro
encefalograma moral, acaba determinando el perfil de nuestra personal
idiosincrasia, tan dispar a nivel individual y colectivo, lo que lógicamente
provoca entre nosotros, una permanente confrontación de pensamientos y
culturas.
Observemos
los cuatro rincones de nuestro Planeta Tierra, y no es necesario que lo hagamos
en profundidad, para constatar el espantoso DESORDEN reinante. Nos podría valer
la justificación: “es inevitable, viene ocurriendo desde la larga noche de los
tiempos”, ¡ pueril argumentación !, a menos que deseemos retrotraernos a la
época del Neanderthal, aunque esa parece
ser la conducta general que estamos adoptando, guiados por la básica Ley de
Supervivencia de aquellos tiempos, comprensible ésta dentro del Reino Animal,
pero extemporánea dentro de nuestra actual Civilización; aun así, esa Ley
podría considerarse aceptable dentro de nuestra moderna Sociedad, si la
llevásemos a cabo, como la desarrollan esos irracionales, cuando una vez
saciados, no necesitan de más.
Como
moraleja de esta página, y especialmente
del precedente párrafo, visto el UNIVERSAL CAOS reinante, podemos llegar a la
conclusión, que la única solución existente, para remediar nuestro catastrófico
DESORDEN
PLANETARIO, la encontraríamos adoptando la INTELIGENCIA que guía a
nuestro Reino Animal. ¡¡¡ Edificante y
magistral lección, la que nos dan aquellos irracionales !!!, sin parangón con
nuestra torpe y egocéntrica SINRAZÓN.
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