EL DÍA DE LA ORACION

EL DIA DE LA ORACION

¿Quién había oído hablar en España, acerca del Día de la Oración, en los Estados Unidos de América?, quizás para alguien relacionado con algún medio religioso, ese fasto día era de su conocimiento, pero a decir verdad, podríamos asegurar que la casi totalidad de la población española, desconocía la existencia de ese día, y hubiera continuado con su desconocimiento, de no haber sido el señor Rodríguez Zapatero, el invitado de honor del Presidente de aquellos estados, para concederle el honor de la lectura y desarrollo de la homilía, con la que normalmente se inician los actos de esa festividad.

Teniendo en cuenta la importancia que parece tener ese día para la población religiosa cristiana estadounidense, es lógico sentir cierta curiosidad por conocer su historia, así como las circunstancias que concurrieron para su instauración. Fuentes oficiales citan el nacimiento de ese día, alrededor del año 1783 y 1785, años del inicio y fin de la Guerra de Independencia de aquel país, ceremonia que en diferentes épocas fue oficializada o abolida por diferentes mandatos presidenciales, hasta que el 17 de abril de 1952, bajo el mandato de Harry Truman, fue instaurado por ley, con el apoyo de las dos Cámaras, facultando al Presidente en funciones, para celebrar ese día en el momento del año que estime oportuno. No debe confundirse ese día con el “Thanksgiving” (bien conocido como día de Acción de Gracias), que se celebra el cuarto jueves de noviembre en aquel país, conocida desde su inicio como “Fiesta de las Cosechas”, inicialmente religiosa y que con el paso del tiempo, se ha convertido en secular, desarrollándose como un día de "PICNIC NACIONAL".

Una vez informados por la inteligente y pedagoga señorita “Wiki”, acerca de la historia del Día de la Oración, también sería interesante conocer, los motivos fundamentales que decidieron su instauración. Esa información no aparece reflejada junto a su historia, por lo que habremos de hacer un pequeño esfuerzo de imaginación, no para adivinar, pero sí para suponer los motivos que provocaron su creación. Un cúmulo de penurias y tribulaciones, era sin duda la situación por la que estaba atravesando el actual país más poderoso del planeta, durante y después de la guerra de su independencia (quienes han sufrido una calamidad semejante, pueden comprender el alcance de sus consecuencias), en tales condiciones comprendemos el pensamiento de aquel pueblo norteamericano, con fervorosa vocación cristiana, al igual que sus oponentes , para dedicarle un día de oración a su Dios, con el fin de agradecer su ayuda en la contienda, e invocarle la venida de mejores tiempos. Sencillos, pero no acertamos a imaginar otros motivos más plausibles, para la instauración de semejante día.

Hasta aquí, es una pequeña lección de historia lo que se ha impartido, lo que sigue, se habrá de limitar a una simple observación y comentarios de hechos recientes relacionados con el Día de la Oración, celebrado el pasado día 4 de febrero de este año 2010.

Parece ser que es costumbre en tal día, que el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, invite a una personalidad foránea o autóctona, para iniciar los actos de esa festividad, con la lectura de un párrafo de la Biblia, que el mismo lector debe escoger, para desarrollar la correspondiente homilía. Dentro del importante y selecto contexto, que a nivel político y religioso comporta el evento, es sin duda un gran honor, el conferido a dicha persona, para invocar los favores de Dios, en beneficio de toda la Humanidad. Este año el honor ha recaído, como ya indicamos al principio, en la persona de D. José Luis Rodríguez Zapatero, un honor extensible para toda España, pero criticada su asistencia al acto en cuestión, ya que según opinó el portavoz de su Oposición, su presencia hubiera sido más digna, en un acto que aquel mismo día se celebraba en España, con motivo del funeral religioso, de un soldado español de nacionalidad colombiana, muerto en un atentado en Afganistán; familia y allegados, acepten nuestros sinceros respetos.

Comentando el caso que nos ocupa, hemos tratado de no desviarnos de una completa objetividad, a partir de este párrafo, nos va a resultar algo más difícil mantenernos dentro de esa línea, de antemano pedimos disculpas, si alguien siente herida su sensibilidad.

El pasado año fue míster Tony Blair, ex Primer Ministro Británico y miembro del grupo de los Tres Mosqueteros, de las Azores, la persona encargada de abrir el acto del Día de la Oración, invitado como es natural por el Presidente norteamericano, nos hemos enterado por los medios de comunicación , que fue él y no otro en quien recayó ese honor. Seguro que a nivel político mundial, su personalidad no desentonó en aquella ceremonia, en cambio hemos de reconocer la mayúscula sorpresa, que a nivel nacional produjo en España, la designación del señor Rodríguez Zapatero, para representar a casi toda la Comunidad religiosa mundial en aquel acto (téngase en cuenta, que el evento pretende representar en esa ceremonia a toda clase de confesiones religiosas). ¿Qué secretas razones motivaron al hombre más poderoso del planeta Tierra, para efectuar tal elección?, la verdad es que no acertamos a adivinar, los motivos que indujeron a míster Obama, para conceder tal honor este año, a un adelantado abogadillo, al que los avatares del destino, lo han situado al frente de un ejército de 4 millones de parados. Contrataremos a un adivino, para tenerles informados. Esperemos y deseemos, que las plegarias elevadas ese día, sean piadosamente escuchadas por Aquél, que tiene los poderes de remediar nuestros males y los de tantos vecinos, aunque se nos antoja, que si el Poderoso Reparador de males, tiene en cuenta el carácter laico del predicador, posiblemente no tenga en cuenta sus demandas, confiemos en su bondad, y que considere también, el enorme esfuerzo que debieron desarrollar los asesores de D. José Luis, para encontrar en el versículo 18 del capítulo 10 de Deuteronomio, el casi único tema de las Sagradas Escrituras, que se podía adaptar a las características religiosas del predicador. Enhorabuena.



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