PROGRESANDO DEMOCRÁTICAMENTE
Muy controvertidos, en exceso controvertidos, serían los pensamientos y las reflexiones que provocarían el punzante artículo de esta página, a la hora de juzgar el importante significado moral de la carta en cuestión, firmada por un importante y relevante grupo de altos ex cargos militares, “supuestamente” dirigida al actual Jefe de Estado español.
Muy controvertidos y dispares serían sin duda, los pensamientos que provocaría el debate de esa carta, cuando ese diálogo, obligatoriamente, educadamente y democráticamente debiera ser llevado a cabo entre los 25 millones de españoles, lógicamente antes de ser pasados por las armas, frente a los otros 25 millones, en principio buena parte de éllos, representados por ese “selecto grupo” de ex importantes personajes militares, solicitantes éstos, de eliminar sus 25 millones de conciudadanos, tan “molestos para éllos”.
El obligatorio y necesario debate que, debería establecerse a nivel nacional, correspondería en primer lugar a las más altas representaciones del Estado, donde hasta el momento, encontramos a faltar el pensamiento de la más importante de ellas, afortunadamente no aquél, de la que puede y debe considerarse, como la segunda más importante y significativa representación en el tema que nos ocupa, la señora Ministra de Defensa, cuyas manifestaciones deberían ser llevadas a cabo a raja tabla, para demostranos y demostrar al Mundo, que por fin España empieza a ser un verdadero y democrático Estado de Derecho.
El pensamiento, que personalmente manifestaría en ese debate, con toda sinceridad lo dejo expuesto con mis dos precedentes párrafos. El interminable espacio que dejo en blanco, lo dejo libre para el incontable número de participantes, que deberían también intervenir en este libre, inteligente y educado debate. Coloquio que debatido pacíficamente y con sana voluntad y libertad, debería ayudarnos de una vez por todas, a no recaer de nuevo en tristes y lamentables pasados episodios de aquellas “Dos Españas”; de todas formas impensable, que tales sucesos puedan ocurrir de nuevo, continuemos extrayendo provechosas lecciones de éllos, para que sea la exclusiva voluntad del Pueblo, quien a través de las urnas decida el camino a seguir, para la solución de todos y cada uno de nuestros problemas, refrendada esa voluntad por nuestras dos Cámaras parlamentarias.
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