¿FORMULA DE
ALQUILER O COMPRA HIPOTECADA?
Son dos
fórmulas de un delicado problema social, que corren estrechamente paralelas, ya
que generalmente calculados los gastos de la fórmula arrendataria, esos gastos
vienen a significar lo que se pagaría mensualmente, adoptando la fórmula de una
compra hipotecada de la vivienda. Es ese paralelismo de precio, el que generalmente a partir de los años 70,
incitó a la Ciudadanía a inclinarse por la fórmula de compra hipotecada, ya que
por el mismo precio, acababa siendo propietaria de la misma. En suma, si se
trata de enfocar el grave problema de la vivienda, bajo el punto de vista del
alquiler, consideramos que ese problema, desde el punto de vista legal, es mucho más regulable, a través de baremos
establecidos por el Ejecutivo; mucho más difícil resultaría la regulación de la fórmula de la compra
hipotecada, exclusivamente sujeta a la especulativa
Ley de Mercado de la Oferta y la Demanda.
En ambos
casos, tanto el de alquiler como el de compra hipotecada, debido a la
precariedad y la inestabilidad del empleo, con la que tropieza actualmente la
Ciudadanía, especialmente la juventud, hacerse con una vivienda, se convierte
actualmente en un verdadero problema, en primer lugar debido a los
incontrolados y abusivos precios de alquiler que sufre ese sector, y en segundo
lugar la continua y creciente especulación que sufre el sector de la compra
venta, por lo que en cualquiera de los dos casos, significa una verdadera y
arriesgada aventura optar por cualquiera de las dos fórmulas.
La
endemoniada especulación, que sin excepción sufren todos los mercados, especialmente
el de la Vivienda, alimenta inexorablemente la inflación; especulación e inflación
corren también un camino estrechamente paralelo, como los caminos de la
vivienda en alquiler o compra; caminos de
alquiler o compra que legalmente se podrían disociar, con una enérgica
intervención estatal, para regular los
altos y antisociales precios de un abusivo Mercado de Alquiler, precios que
para el establecimiento de baremos, éstos podrían estar determinados sobre el
valor catastral de los inmuebles, medida que redundaría en la bajada de los
precios del Mercado de Compra Venta. Se trata sin duda de un problema social,
el de la Vivienda, que el Gobierno debería considerar lo antes posible, para
que la Ciudadanía del país, repito especialmente la Juventud, pueda tener el
digno acceso a una vivienda garantizada por la Constitución.
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