PERSPECTIVAS POLÍTICAS
Ya desde principios del siglo XX, y dentro de la densa y
sempiterna oscuridad de su miseria política, económica, social y judicial, actualmente agudizada, España sigue
batiéndose dentro de una estéril lucha política, siempre representada por dos invariables
facciones, popularmente denominadas, izquierdas o derechas, y marxistas o
fascistas.
Desde aquellas fechas, los gobiernos se han sucedido regularmente
encuadrados dentro de las facciones anteriormente
citadas, sea bajo forma de monarquías o repúblicas, y gobiernos de
supuestas izquierdas o derechas. Formas
de gobierno que, con el intermedio de una nefasta Dictadura fascista militar,
lejos de perfeccionarse, diríase han competido todos ellos, por hacerse con el
título de la peor gestión gubernamental legislativa y ejecutiva de la historia
de España, donde si ningún género de dudas, el trofeo cabría merecidamente otorgárselo
a partes iguales, a los representantes de estas tres o cuatro últimas
legislaturas.
Es triste y sombrío reconocerlo, pero la actual situación
política de España, sobradamente conocida tanto a nivel nacional como
internacional, está rayando dentro de unos límites equiparables a la de
cualquier país tercermundista, con perdón de esos países, donde la
incompetencia y corrupción de la mayoría de sus representantes políticos, han
conducido al país a una profunda y degenerativa situación económica, política,
social y judicial, que como mínimo y adoptando las oportunas y necesarias
reformas políticas, le tomará al país más de una generación, para sobreponerse
de su calamitosa situación actual.
Algo tan desolador como lo anteriormente expuesto, resulta
de que las perspectivas políticas de España son profundamente negativas, por el
hecho del desarraigo y desprecio que se está manifestando dentro del Pueblo
hacia la política, debido a la
inaceptable gestión de dos sempiternas corruptas e incompetentes facciones
bipartidistas, que junto a nuestra inmadurez y falta de cultura política, ha
convertido el espacio electoral español, en un enorme rio revuelto,
verdaderamente propicio para “expertos y oportunistas pescadores”.
Desde hace ya tanto tiempo…, nunca mejor apropiado el
aforismo “tenemos el gobierno que merecemos”, sin duda propiciado y provocado
por nuestra reseñada falta de interés, e inmadurez política; defectos sociales, que a la hora de
acudir a las urnas, influyen decisivamente para dejarnos guiar más bien por
viscerales sentimientos, que por reflexivos y analizados pensamientos, campo
excelentemente abonado para una oportunista clase política, que previamente a
los comicios, no le es difícil manipular
a la masa electoral a través de todos sus medios, tanto privados como públicos,
puestos a su entera disposición.
A corto plazo, no abrigamos muchas esperanzas, de que seamos
capaces de dar un vuelco a nuestro actual detestable sistema político; para ser
sinceros nos cabe abrigar aquélla, que como mínimo a medio plazo, resulte de
tomar conocimiento y conciencia de nuestro
crítico panorama político, obligados por las penalidades y las
experiencias sufridas, debidas a la antidemocrática, anticonstitucional,
insoportable y delictiva situación económica, política, social y judicial a la
que nos está conduciendo el actual Sistema, cuya antisocial, miserable e
insufrible experiencia, nos habilite en
verdad, para comprender de que somos exclusivamente nosotros o sea el Pueblo,
quienes libres de prejuicios y visceralidades , en base a una Nueva Constitución,
seamos capaces de organizarnos, para poder elegir y controlar aquellos
personajes, que vocacionalmente y voluntariamente se presten para el gobierno
del país. Hasta que la mayoría de todos nosotros, no tomemos conciencia de la
indispensable necesidad de nuestra reflexiva, sincera y honesta participación
en la política, sea comprometiéndonos directamente con ella o a través de
razonados comicios, verdaderas charangas
políticas continuarán siendo, las que desvergonzada, codiciosa, e impunemente continúen
asolando nuestro país.
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