NO, DON MANUEL, NO

NO, DON MANUEL, NO

“Fraga anima la gente a castigar a los corruptos”. (RTE, 01-04-10)

Interpretamos que cuando el señor Fraga, anima a la gente a castigar a los corruptos, se refiere concretamente a la clase política, ya que últimamente en cuanto a corrupción, un día si y otro también, es esa clase la que aparece exclusivamente en los medios de comunicación, dando cuenta de sus vergonzosas actuaciones.

Respecto a esa manifestación, lamento comunicarle que se equivoca don Manuel, y es por una sencilla razón, ya que usted nunca ha formado parte del pueblo, su privilegiada situación, lo ha mantenido siempre apartado de la ”gente”, de la cual usted ignora sus usos, costumbres y limitaciones, motivo por el cual, desconociendo su habitual día a día, se aventura a recomendarles tal consejo. Bien es verdad, que de todas todas, debiendo estar usted “hasta las narices” ( suave exabrupto de su directo vocabulario), del actual, candente e indigno comportamiento de sus discípulos, en sus tres principales fortines de Madrid, Valencia y Baleares, se aventure a hacer a la gente tales recomendaciones.

También es verdad Don Manuel, que aunque en el fondo tiene usted toda la razón del mundo, para estar “hasta las …o los….”, de la desleal conducta de sus pupilos, desgraciadamente o afortunadamente, estando la pistola y la espada fuera de uso, para dirimir cuestiones personales, excepto para casos extrajudiciales, las gentes, que nosotros sepamos, no tenemos otro medio legal, para castigar a los truhanes, si no es a través del brazo ejecutor de la Ley, ¿o cómo sugiere usted, que la gente del pueblo pueda castigar a los corruptos?, ¡a menos que se refiera usted, eligiendo a otros desaprensivos, a través de las urnas!, que en ese caso, equivaldría a renegar usted del color de su Partido.

No, Don Manuel, en esta ocasión ha “metido y sacado los pies del tiesto”; de mi parte no se lo voy a tener en cuenta, una equivocación, la sufre el más avispado de los mortales, a estas alturas no iba a privarle yo, de la admiración y respeto, que siempre he sentido por usted, tanto por sus virtudes como por sus defectos.

Mi bagaje cultural no incluye especiales conocimientos de Derecho, pero a pesar de considerarme un rústico SANCHO en ese sentido, pienso en que hubo ocasiones, que Sancho le proporcionó magistrales lecciones a DON QUIJOTE. Permítame don Manuel, representar a Sancho, en una de las cuestiones que le hubiera planteado al andante caballero: "Maestro, si un ladrón supuestamente roba seis, y la Justicia (de la cual usted don Manuel directa o indirectamente, forma parte muy importante) le impone unas arras de tres, para librarse de la cárcel, ¿para qué sirve la Justicia?. A mi modesto entender, la pena de cárcel debería ser doble, puesto que si dispone de tres, es la prueba evidente, de que el ladrón ha robado seis, y ¡no estamos considerando que sean precisamente gallinas!".

A buen seguro, que lo que le hace falta a la Justicia española, es aplicar la Ley con la rapidez, ecuanimidad y sentido común como lo haría SANCHO.



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