REFLEXIONES SOBRE EL 11 S 2001
Fue ese día, cuando ocurrió una más de las muchas dantescas tragedias, que el ser humano ha contemplado y seguirá contemplando, como consecuencia de la locura humana, llevada a sus últimos extremos.
Un bombero que salvó su vida, manifestó después del atentado, “Nunca en mi vida había visto un espectáculo tan surrealista”. No le faltaba razón para hacer aquella observación sobre aquella horrible visión. El bombero era joven, su edad no le permitía haber contemplado, algo que quedaba decenios atrás antes de su nacimiento, su asombro se hubiera visto superado con las visiones de Hiroshima, Dresden, Gernika, Stalingrado, y tantas otras del pasado y del presente, que habiendo sido testigo de ellas, no le hubiera parecido tan irreal la espectacular desaparición de las dos Torres Gemelas.
Bien es verdad, que el recuerdo de ese “11S”, quedará grabado en la memoria del mundo entero durante largo tiempo. Ahora bien, desde aquel mismo día, cupo la imperiosa necesidad de analizar en profundidad los elementos que condujeron a aquella catástrofe. Ese estudio y la adopción de medidas que permitiesen atajar la raíz o raíces del mal, causantes de aquella tragedia, debería ser motivo de seria reflexión, para toda clase política mundial.
A través de sus medios televisivos, con motivo del octavo aniversario de aquella tragedia, el presidente de la nación que sufrió tan brutal atentado declaró textualmente, “No cesaré en mi empeño de acabar con los responsables”. Tanto él como su predecesor, lo están intentando desde hace 8 años en los laberintos de Afganistán, pero cada vez parecen estar más lejos de conseguirlo. Ahora bien, suponiendo que consiguieran acabar con los responsables de aquel atentado, cabría formularse la pregunta, ¿Se ha librado ya el mundo del temible terrorismo internacional?. Ingenua sería la persona que así lo creyera, porque posiblemente esa momentánea victoria, serviría para azuzar todavía más, el profundo odio existente entre diferentes culturas. No se engañe Mr. Obama, si verdaderamente lo que Vd. desea es un mundo en paz, convénzase que el camino que puede conducirnos a esa paz, no lo va a encontrar dentro de los territorios, donde están Vds. tan comprometidos actualmente. A este respecto hemos de admitir, que el ser humano es el único animal capaz de tropezar más de una vez en la misma piedra, válganos como ejemplo Corea y Vietnam, y ahora Irak y Afganistán.
Vd. Mr. Obama, puede tener la justificación y disculpa de haber heredado esos conflictos (tristes y torpes acciones de su predecesores), por lo que teniendo en cuenta su talante, el mundo puede esperar y desear, que a pesar de verse en la obligación de mantener aquellos frentes, para salvaguardar el honor de su país, también en sus adentros haya vislumbrado que, aun suponiendo una total victoria militar en Afganistán, eso no supondría en absoluto la desaparición de la lacra terrorista internacional que sufre nuestro planeta, ya que incluso podría asegurarse, que en lugar de atenuar ese terrorismo, los odios se acentuarían.
Mr. Obama, es Vd. suficientemente inteligente, para comprender lo que sus predecesores, debido a su ridícula torpeza no supieron o no quisieron entender, que el principal germen del mal que aqueja actualmente nuestro planeta, se encuentra enquistado en el muro, que vergonzosamente separa Cisjordania de Israel. Convénzase Mr. Obama, si verdaderamente desea Vd. conseguir una victoria definitiva sobre el terrorismo internacional, excluya campañas militares, y prepárese Vd. así como sus sucesores (la gente inteligente está ya preparada, no le queda otra alternativa), para emprender una larga guerra política, económica y cultural, para erradicar fanáticas, radicales y anacrónicas costumbres, conductas y creencias religiosas, especialmente estas últimas, ancladas a ambos lados de aquel muro, improcedentes e indignas dentro de cualquier cultura contemporánea, sin duda la causa principal de la conflictividad existente entre Oriente y Occidente. Si Mr. Obama, no oriente sus pasos en otro sentido, porque sólo se adentraría en callejones sin salida. Con un mínimo discernimiento, también hemos de admitir, que la solución del grave problema que nos ocupa, no va a ser tan sencilla ni corta en el tiempo, pero si verdadera y honradamente es lo que se desea, serios y profundos cambios en sus pensamientos políticos, culturales y religiosos, deberán llevarse a cabo a ambos lados del mentado vergonzoso muro, cambios extensibles a sus respectivos correligionarios por todo el orbe, Sólo esos cambios podrán conducirnos a una ansiada estabilidad. Si Mr. Obama, a la corta o a la larga, podremos siempre vencer un enemigo físico, pero lo que nunca podremos derrotar, es un enemigo cultural, éste sólo podrá vencerse, a través de multinacionales vasos comunicantes económicos y culturales, que conduzcan a la Humanidad a un dominio del sentido común y la razón, que la habilite para la erradicación de las obsoletas, anacrónicas, perversas, egoístas, fanáticas y radicales conductas y costumbres culturales, y especialmente creencias religiosas, que tanto condicionan y esclavizan a casi toda Humanidad.
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martes, 8 de diciembre de 2009
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