DISENSIONES
Las diferencias de opinión o pensamiento, entre dos seres humanos o entes públicos o privados, es por doquier materia frecuente que requiere de profunda o ligera reflexión, para conocernos a nosotros mismos, así como la causa o causas que han provocado una falta de acuerdo mutuo, sobre la materia que provoque cualquier tipo de desacuerdo; necesaria reflexión para desatascar con mutuo consenso, las diferencias o posturas de opinión o pensamiento, que ha provocado tal disensión.
Resulta evidente que, nunca será una discusión sino más bien un temperado, claro e inteligente diálogo, aquel que nos debe conducir a la solución de cualquier tipo de disensión que, pueda tanto emanar de un marco político, económico, social, educativo, fiscal, judicial, familiar, religioso, etc.; diálogo que sólo puede fracasar, cuando una de las dos partes o ambas adopten una postura ambigua o interesada, que lógicamente conduce a un fracaso y total desacuerdo.
Tal como personalmente expongo y hasta aquí queda expresado, limpia y sencilla es la vía que, debe y puede conducirnos a una definitiva solución de cualquier tipo de litigio o desacuerdo entre dos partes, provocados dentro de los precitados marcos que. de no ser capaces o capaz de alcanzar un acuerdo, será manifiesta, sesgada, interesada y mezquina postura de una o ambas partes.
Ya llegados a esa lamentable postura de desacuerdo entre las partes, debería ser una correcta, limpia e independiente Justicia, tanto a nivel nacional como internacional, la que dictase definitiva sentencia, para que incluso paradójicamente no surgiera perjudicada la parte que provoca el desacuerdo. Situaciones esas que se están produciendo en demasía a nivel global, donde nuestro país está haciendo gala de situarse en “situación preferente”, prueba de una estancada y arcaica Sociedad la nuestra, de la cual le urge salir a marchas forzadas.
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