LA ESPERADA Y NECESARIA LEY CELAÁ
Iba siendo hora de, que las elitistas y desfasadas Leyes de Educación, heredadas de aquel Movimiento Nacional, mantenidas en España hasta nuestros días, fueran democráticamente abordadas por el primer Gobierno progresista, implantado en nuestro país desde aquella Dictadura militar fascista. Han sido Leyes que hasta el momento, han estado en gran parte marcadas y controladas por la curia eclesiástica católica española, obligatoria aceptación, como herencia de aquel legado educacional dictatorial.
El primer Cambio de aquellas desfasadas y obsoletas Leyes educativas, una prolongación de las instauradas por aquel Movimiento Nacional, están siendo objeto de un total rechazo, por parte de la Oposición del actual Gobierno, así como de la parte del Obispado español y Asociaciones de Padres católicos, y porqué no decirlo también, de la parte de un cierto porcentaje de padres laicos, temiendo que la Educación de sus hijos sufra alguna merma con ese Cambio, cuyo temor no tiene ningún fundamento, ya que cualquier Ley educativa, promulgada por cualquier democrático y verdadero Estado de Derecho, sólo debe ir aportando una mejora de sus Leyes educativas públicas .
Para comprender la importancia del necesario Cambio educacional, que debe sufrir el Sistema educativo, adoptado en España durante más de 8 décadas, en primer lugar está justificado por la influencia y el control que, sobre él ha ejercido y continúa ejerciendo la Iglesia católica española, una paradoja, habida cuenta de que, nuestro país constitucionalmente está considerado, como un país aconfesional y laico, lo cual no obvia la autorización de la creación de Centros docentes religiosos u otros, estrictamente privados, sin que el Estado deba subvencionar ninguno de ellos, la administración o gestión de tales Centros, todos ellos enteramente financiados por entes privadas.
Resulta normal que, los usos y costumbres educativos adoptados durante más de ochenta años, estén profundamente arraigados, especialmente dentro de aquella población afín, a los usos y costumbres de aquella Dictadura, y que al cabo de ese tiempo, experimenten un rechazo hacia el obligatorio Cambio educativo, para adaptarlo a nuestra Constitución.
Abundando en este comentario del Cambio educativo actual, por la relación religiosa que tiene, también debe considerarse necesario, tener en cuenta la relación Iglesia-Estado, respecto a los 11.000 millones de euros, que anualmente recibe la Iglesia de la parte del Estado español, una donación que, al igual que las ayudas a la Educación privada, debe considerarse como una violación de nuestra Constitución, habida cuenta de la separación Estado-Iglesia, motivo por el cual también debería suprimirse esa donación, al igual que regularizar la donación de propiedades patrimoniales del Estado, donadas por los gobiernos de la Transición a la Iglesia. Tanto el obligado Cambio educativo, para asimilarlo a los modernos Sistemas europeos u otros, así como la supresión de las ayudas económicas y la regularización de los bienes patrimoniales culturales donados a la Iglesia, se ajustarían a la máxima de, “dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es de César”; teniendo en cuenta que en todo momento, le correspondería al Estado, velar por la buena conservación y mantenimiento del Patrimonio cultural nacional.