sábado, 8 de febrero de 2020

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO POLÍTICO ESPAÑOL

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO POLÍTICO ESPAÑOL

No resulta exagerado, comparar la difícil solución de la cuadratura del círculo, comparándola con la situación política que estamos atravesando en España, desde el 28 de abril del corriente año. Infinitamente mucho más fácil hubiera sido la formación de un Gobierno en aquella fecha, sobre la misma base con la que se intenta actualmente, pero lamentablemente, se le estableció un cordón sanitario a la fuerza política, que decidía prácticamente la formación de un Gobierno progresista entonces, y que ahora con un abrazo se pretende rectificar las decisiones tomadas aquel 28A, pero lamentablemente los resultados esperados para el 10N, pese a las esperanzas depositadas en esos comicios, dieron al traste con lo esperado; reconozcamos que el tiro le salió por la culata al ganador de aquel 28A y también del 10N, con la sorpresa de que los votos esperados, fueron a parar a las fuerzas políticas ultra montanas, que nos han desgobernado desde aquel 18 de julio de 1936.

Por si fuera poco, a la anormal y trastocada configuración política resultante del 10N, a esta se le une el conflicto catalán, de cuyas fuerzas políticas exclusivamente depende la formación de un Gobierno progresista actualmente, cuya cúpula parte de ella se encuentra en prisión, y otra parte huida de la Justicia, bajo cargos de sedición y malversación de fondos, sentencia esa revocada por el TSJE (Tribunal Superior de la Justicia Europea), de cuya adopción, cien veces repetido por la fuerzas independentistas , depende el apoyo necesario para la formación de un Gobierno de Cambio, para lo cual se necesita que ese fallo europeo sea aceptado por el Tribunal Superior de Justicia español, sentencia inasumible por ese, puesto que técnicamente significaría asumir una propia incompetencia.

Esa es la discordante situación política en la que se encuentra actualmente España, un nudo gordiano, para cuya solución sólo existen dos difíciles supuestos. El primero de ellos, que las fuerzas republicanas catalanas acepten la formación de una mesa de diálogo con el Gobierno a establecer, para la solución del conflicto catalán, que difícilmente puede ser aceptada, por la previa imposición de unos anticonstitucionales condicionantes, de la parte de las fuerzas independentistas. El segundo supuesto sería que alguna de las fuerzas conservadoras, le otorgase los 10 ó 15 votos necesarios para alcanzar la mayoría del grupo más votado, con sus respectivas coaliciones, un supuesto tan improbable o más difícil que el de la postura republicana catalana.

Lo cierto es, que para la formación de un gobierno que verdadera y democráticamente satisfaga al Pueblo y convenza a todo el mundo, ese Gobierno debería depender solamente de un resultado de las urnas, cuyo resultado acallaría las voces de aquellas fuerzas conservadoras y ultra conservadoras, que actualmente se rasgan las vestiduras, por el posible establecimiento de un Gobierno progresista, “bolivariano, iraní, comunista…..etc”.

España no se puede ni debe permitir por más tiempo, que la formación del Gobierno que, perentoriamente está necesitando, dependa de un anticonstitucional “mercadeo político”….., preferible unas nuevas elecciones, aunque para nuestra vergüenza signifiquen unas quintas elecciones en cuatro años, en nuestra ventaja jugaría un importante elemento, la experiencia política adquirida en las cuatro anteriores, que nos han debido aclarar sobradamente, la próxima intención de nuestro voto.


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