EL
PODER POLÍTICO
El
Poder político, salvo raras excepciones, generalmente corrompe, y no
menos el ansia de poseerlo; un congénito defecto del ser humano, que
tanto en el pasado, como en el presente y el futuro, ha sido, es y
será la triste y lamentable causa, de que quien se encuentra
atrapado dentro de ese círculo, su existencia y su personalidad, se
vea constantemente sometida a las azarosas y cambiantes
circunstancias, de un voluble, caprichoso y con frecuencia antisocial
Poder político, que acaban deformando la natural condición humana
del aspirante. Se trata de un círculo vicioso, que el ser humano, de
siempre ávido de ese Poder, no ha comprendido, sabido ni podido
hasta el momento romperlo, para librarse de la innata esclavitud a
la que es sometido por su propia voluntad. Ese negativo círculo
vicioso, sólo conseguirá el ser humano romperlo, el día que
comprenda, acepte e inviolablemente decida , que ese Poder además de
ser necesario y útil para la Sociedad, es intransferible e
innegociable, sólo acordado y voluntariamente aceptado, por aquél a
quien le es otorgado por la mayoritaria voluntad del Pueblo, un Poder
que en lugar de preferentes derechos, comporta la sagrada labor de
respetar y atender las obligaciones, que le exige un jurado e
inviolable compromiso, al aceptar el Poder que se le otorga, un
Poder, que para evitar cualquier proceso degenerativo del mismo, debe
estar constantemente controlado y sancionado por el Pueblo.
No
creo, haber expuesto de forma errónea, las causas que motivan las
constantes luchas que tienen lugar en la disputa por ese Poder
político, que tan negativas y constantes consecuencias provocan
dentro de la Sociedad, sin duda el más grave problema de nuestro
actual Sistema político, que no tendrá solución, hasta que el
Pueblo sea capaz de cortarles las alas a esas aves rapaces que nos
desgobiernan, convertidos en mandatarios de nuestra Dignidad y
Soberanía, cuando por Ley y amparados por nuestra inalienable
Soberanía y Dignidad, deben ser ellos como mandados y no
mandatarios, los que velen por nuestro Patrimonio y Bienestar Social.
No resulta tan difícil comprender nuestro equivocado concepto del
actual Poder político, que estamos estúpidamente y sumisamente
aceptando. Así de sencilla es la explicación de la lamentable
situación política, a la que estamos sin cese sometidos, debido
exclusivamente a nuestra desidia y analfabetismo funcional político
y social, carencias muy bien aprovechadas por oportunistas,
parasitarios y desaprensivos personajes, que desvergonzadamente
transforman nuestro mandato en una patente de corso, para llevar a
cabo sus felonías, ignorando su juramentado y falso compromiso
político.
Personalmente,
podría y podríamos extendernos todavía mucho más, enumerando los
defectos que aquejan nuestro Sistema político, más apropiado
calificarlo de Desorganización Política. Una aconsejable e
infalible solución de los graves problemas políticos de esa
“Desorganización Política”, nos la ofrece sin duda la mágica
fórmula aconsejada por nuestro querido Pepe Múgica, “el que venga
a la Política por plata, a ese hay que echarlo”, ¡¡ no
resultaría tan difícil la solución del grave problema político
que impera por doquier, si sin dilación nos apliquésemos a esa
sencilla fórmula, para poner en su debido lugar, esos inútiles,
incompetentes y parasitarios personajes políticos, en verdad su casi
totalidad, polichinelas de un obsoleto, caduco y delictivo Sistema
Neoliberal.
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