lunes, 8 de julio de 2019

EL PODER POLÍTICO

EL PODER POLÍTICO

El Poder político, salvo raras excepciones, generalmente corrompe, y no menos el ansia de poseerlo; un congénito defecto del ser humano, que tanto en el pasado, como en el presente y el futuro, ha sido, es y será la triste y lamentable causa, de que quien se encuentra atrapado dentro de ese círculo, su existencia y su personalidad, se vea constantemente sometida a las azarosas y cambiantes circunstancias, de un voluble, caprichoso y con frecuencia antisocial Poder político, que acaban deformando la natural condición humana del aspirante. Se trata de un círculo vicioso, que el ser humano, de siempre ávido de ese Poder, no ha comprendido, sabido ni podido hasta el momento romperlo, para librarse de la innata esclavitud a la que es sometido por su propia voluntad. Ese negativo círculo vicioso, sólo conseguirá el ser humano romperlo, el día que comprenda, acepte e inviolablemente decida , que ese Poder además de ser necesario y útil para la Sociedad, es intransferible e innegociable, sólo acordado y voluntariamente aceptado, por aquél a quien le es otorgado por la mayoritaria voluntad del Pueblo, un Poder que en lugar de preferentes derechos, comporta la sagrada labor de respetar y atender las obligaciones, que le exige un jurado e inviolable compromiso, al aceptar el Poder que se le otorga, un Poder, que para evitar cualquier proceso degenerativo del mismo, debe estar constantemente controlado y sancionado por el Pueblo.

No creo, haber expuesto de forma errónea, las causas que motivan las constantes luchas que tienen lugar en la disputa por ese Poder político, que tan negativas y constantes consecuencias provocan dentro de la Sociedad, sin duda el más grave problema de nuestro actual Sistema político, que no tendrá solución, hasta que el Pueblo sea capaz de cortarles las alas a esas aves rapaces que nos desgobiernan, convertidos en mandatarios de nuestra Dignidad y Soberanía, cuando por Ley y amparados por nuestra inalienable Soberanía y Dignidad, deben ser ellos como mandados y no mandatarios, los que velen por nuestro Patrimonio y Bienestar Social. No resulta tan difícil comprender nuestro equivocado concepto del actual Poder político, que estamos estúpidamente y sumisamente aceptando. Así de sencilla es la explicación de la lamentable situación política, a la que estamos sin cese sometidos, debido exclusivamente a nuestra desidia y analfabetismo funcional político y social, carencias muy bien aprovechadas por oportunistas, parasitarios y desaprensivos personajes, que desvergonzadamente transforman nuestro mandato en una patente de corso, para llevar a cabo sus felonías, ignorando su juramentado y falso compromiso político.

Personalmente, podría y podríamos extendernos todavía mucho más, enumerando los defectos que aquejan nuestro Sistema político, más apropiado calificarlo de Desorganización Política. Una aconsejable e infalible solución de los graves problemas políticos de esa “Desorganización Política”, nos la ofrece sin duda la mágica fórmula aconsejada por nuestro querido Pepe Múgica, “el que venga a la Política por plata, a ese hay que echarlo”, ¡¡ no resultaría tan difícil la solución del grave problema político que impera por doquier, si sin dilación nos apliquésemos a esa sencilla fórmula, para poner en su debido lugar, esos inútiles, incompetentes y parasitarios personajes políticos, en verdad su casi
totalidad, polichinelas de un obsoleto, caduco y delictivo Sistema Neoliberal.

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