LA COMUNIDAD
ECONÓMICA EUROPEA, O UNA ENTELEQUIA
¿Quién lo
hubiera previsto, que aquel
Tratado de Maastricht, firmado el 7 de febrero de 1992, para la supuesta
constitución de la CEE, iba a desembocar en el “Gran Bluff”, que se ha
convertido actualmente aquel proyecto ?.
Aquel Tratado tuvo como base, tres tratados
económicos preexistentes:
1 - Tratado constitutivo
de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. 2 - Tratado constitutivo de la
Comunidad Europea de la Energía Atómica.
3 – Tratado
constitutivo de la Comunidad Económica Europea.
Para
completar el Tratado definitivo, a esos tres pilares económicos referidos, se
les añadieron otros dos, uno de política exterior y de seguridad común, y un último de Justicia e Interior.
Como se
puede observar, el Tratado quedó prácticamente limitado a la regulación y
desarrollo de una actividad casi exclusivamente económica, de donde sin duda
partió el grave error cometido con aquel proyecto, supuestamente creado para la
unión de todas las Economías europeas, pero falto de una consensuada Carta
política, financiera y fiscal, para un ordenado control y desarrollo de la
misma, falto de la cual, significó principalmente, la apertura de una enorme autopista europea, para
el anárquico y codicioso Gran Capital.
Inicialmente
el Tratado significó un aparente y notable éxito económico, pero los desbocados
movimientos de aquel especulativo Capital sin freno ni control, fueron y
continúan siendo sin duda, la principal
causa, que ha provocado la severa Crisis económica y social, que en mayor o menor medida están sufriendo
todas las Economías de nuestro Continente, cuya solución resulta muy difícil,
por no decir imposible de prever, dado el enorme endeudamiento de todas ellas, con
una insuficiente actividad económica, para poder hacer frente a sus desproporcionados
endeudamientos, éstos provocados por el desarrollo de erróneos planes
económicos, agravados por la loca especulación inmobiliaria de aquel
incontrolado Capital, cuyos efectos sólo puede conducirnos a una segunda
explosión, que siga a la de la burbuja inmobiliaria, lógicamente esta vez la financiera.
Actualmente
la Troyka, Órgano internacional formado por la CE (Comunidad Europea), el BCE
(Banco Central Europeo), y el FMI (Fondo Monetario Internacional, sito en Nueva
York), tratan desesperadamente de controlar las enormes Deudas Públicas,
contraídas por la casi totalidad de los países europeos, muchas de ellas
superando ya largamente su PIB (Producto Industrial Bruto), incluida la
norteamericana, que también sobrepasa su
PIB. Para cubrir la desconfianza de ese Organismo hacia algunos países, para
hacer frente a esas enormes Deudas, éste
ha adoptado la fórmula de presionar y obligar
a sus dirigentes políticos, a adoptar importantes medidas dentro de su
Administración, concretamente nuestro país, ha debido modificar su Constitución
(artículo 135), para garantizar el reembolso de su Deuda y sus respectivos
intereses, que para nuestro país significa sólo por ese concepto de intereses,
entre 30 y 40.000 millones anuales, el 3 ó 4% de nuestro PIB, sin incluir el
reembolso del principal de la Deuda, al que sólo se le puede ir haciendo frente
con el constante aumento de la misma, que sólo en los 4 últimos años se ha
incrementado en 400.000 millones, pasando de los 600.000 millones, al billón
actual, cuyo aumento se traduce en insoportables esfuerzos y sacrificios del
Pueblo, para ir haciendo frente al obligatorio y constitucional compromiso del reembolso
de la Deuda, sobreesfuerzo del que tampoco escapan, especialmente, el resto de
los países mediterráneos.
Lo que
resulta excesivamente alarmante y desconcertante, es que las teorías económicas
tanto neoliberales como ortodoxas, estén continuamente en discrepancia con las
fórmulas y planes económicos que se están actualmente aplicando, para superar
la importante Crisis global que están sufriendo todas las Economías.
Evidentemente, sino para superarla, debería buscarse la fórmula de un Centro
económico de ambas Escuelas, que como mínimo garantizase la estabilización de
esa Crisis, con vistas a una futura recuperación de la misma, objetivo que no
se está cumpliendo, visto el constante aumento de las Deudas Nacionales,
provocado por el Déficit presupuestario de la mayoría de ellas (diferencia
entre ingresos y gastos), actualmente un déficit del 5,8% del PIB en nuestro país (58.000 millones de
euros), el segundo más elevado de Europa, por detrás de Bulgaria, y una media
del 2,3% para la CEE, déficits que si se consiguen maquillar, es a base de ir
recortando el Bienestar Social europeo, incluido el del resto del Mundo, una
viciosa espiral social, que lenta pero seguramente, nos está conduciendo a los
dominios del “Averno de Dante”.
Para exponer
la cruda situación económica y social que está sufriendo nuestro país, nos
hemos ceñido a la exacta realidad de los hechos, no muy diferente a la del
resto del Planeta. ¿Habrá llegado el momento, de pensar seria e
inteligentemente, cuál es nuestra verdadera realidad económica y social, dependiendo
ésta de la Gran Política, a su vez que ésta, de un despótico y codicioso Poder
Fáctico Financiero; obligado pensamiento para poder hacer frente a la constante
pérdida de valor de nuestro Bienestar Social, y su posterior recuperación?. Sin discusión, un importante Cambio de 180
grados, a todos los niveles, tanto políticos, como económicos y sociales, necesita
operarse dentro de nuestra Sociedad, para recuperar los elementales derechos,
que supuestamente nos garantiza la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, así como nuestra propia Constitución.
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