EMPUJADOS HACIA
EL ABISMO
Impotencia, rabia, desespero, frustración, desengaño…, son los continuos sentimientos que nos acosan,
contemplando, sufriendo y soportando, la calamitosa situación económica,
política, social y judicial que está
sufriendo nuestro país, lamentablemente no muy diferente por la que atraviesan
los otros 192 países que conforman el mapa geopolítico mundial.
Hasta hace aproximadamente una década, ni los más expertos y
renombrados economistas, y por descontado la clase política, exclusivamente
ocupada en “dar lustre” a su personal status, fueron capaces de prever, alertar
o denunciar, acerca de la loca carrera emprendida hacia un profundo abismo
económico y social, impulsada por un salvaje neoliberalismo y una criminal
especulación financiera.
Los resultados de aquellas descontroladas y
desordenadas actuaciones no se hicieron
esperar, la CRISIS nos sorprendió como ladrón de media noche, ¡¡¡habíamos
sembrado el viento, y era el momento de recoger la tempestad!!!.
Por naturaleza somos más bien optimistas, tratando de
mantenernos siempre en un término medio en nuestras apreciaciones respecto a
nuestro entorno económico y social, pero la difícil realidad que nos rodea, nos
obliga a experimentar un objetivo pesimismo, de cara a la complicadísima y
peligrosa deriva económica y social, que están atravesando todos los países, y
de particular manera el nuestro.
Cierto que la Economía juega un importante papel en el
desarrollo y bienestar o malestar de las Sociedades, si bien el componente político, juega sin duda un rol
si cabe más importante que el económico, a la hora de orientar y decidir el
futuro económico y social de los pueblos. En ese sentido, hemos de admitir, que
el neoliberalismo que ha salvajemente guiado las Economías de los países,
durante estos últimos decenios, al límite del paroxismo la última década,
violando todo tipo de reglamentación comercial, financiera, fiscal, social u
otras, ha sido la causa principal, que ha provocado nuestro lamentable estado
de cosas actual, conductas que lógicamente, no se podían prolongar por tiempo
indefinido, sino sólo lo justo hasta colocar la Economía Mundial al borde del
precipicio.
Complicada y difícil, por no decir imposible, se nos antoja
la problemática solución de esta Crisis, tanto a nivel nacional como
internacional; desde el punto de vista multinacional, debido a la estrecha
interrelación y obligaciones existentes entre las economías de todos los
países.
Considerada la Crisis desde un punto de vista puramente
material o económico, habríamos de aceptar que la solución no sería tan
complicada, habida cuenta de que el Planeta dispone todavía sobradamente de los
medios materiales suficientes, para cubrir las necesidades básicas de sus 7500
millones de habitantes…, no seríamos tan afirmativos dentro de dos o tres
generaciones, si tenemos en cuenta nuestra creciente demografía.
Aceptado que básicamente no podemos culpar a la Economía, de
la lamentable situación económica y social que está atravesando el Planeta,
bien habremos de buscar y encontrar el principal elemento responsable de la Crisis; llegados a este punto, nuestra opinión al
respecto, debería ser no menos que unánime, culpando exclusivamente al factor
político, como responsable directo de la administración y gestión de sobrados
bienes públicos, para cubrir las necesidades de la Sociedad, por lo que debemos admitir sin ambages, que el único y
principal responsable de nuestra insufrible, insoportable y delictiva Crisis ha
sido, es y continuará siendo el Poder político, como consecuencia de la incompetencia y corrupción reinante
dentro de las mayorías políticas, no excluyendo las menores, por el efecto de
vicio y contagio de sus mayores. Poder político, que debido a esas corruptas
formas de fondo y forma, ha sido incapaz de controlar y regular el Poder
económico, para lo cual está elegido y en principio legalmente subordinado al
Poder popular, bajo la tutela de una supuesta Constitución democrática,
continuamente violada por el Poder político, convertido en mercenario servidor
del Poder económico, éste en la actualidad verdadero regidor de los destinos de
este caótico Mundo.
Grandes problemas requieren no menos importantes soluciones,
pero no vayamos a pensar, que aquellos agentes que los han provocado, van a
proporcionarnos la menor solución…, todo lo contrario, porque de hacerlo,
estarían obligados de actuar contra sus perversos intereses, por lo que poco o
nada podemos esperar de sus delictivas conductas; un político continuará siendo siempre un
político, y mucho peor si continúa siendo el mismo corrupto e incompetente, que
nos ha abocado a esta triste situación; un economista continuará siendo un
economista, incapaces todos ellos, de ofrecernos la mínima solución objetiva y
factible, relacionada con los graves problemas económicos y sociales que
tenemos planteados, la mayoría, por no decir la totalidad de todos esos expertos,
haciéndole la cama al Poder económico, sin denunciar abiertamente la falta de
regulación y control del Sistema Financiero y Fiscal, la indispensable
intervención de la descontrolada actividad económica de las grandes compañías
Multinacionales, la obligatoria eliminación de los Paraísos Fiscales, la
verdadera puesta en práctica y desarrollo de aquellas Organizaciones
Internacionales, en principio destinadas a la supervisión, concesión y control de
las ayudas económicas a países en vías de desarrollo, o incluso carentes delo
básico para su supervivencia; en las condiciones políticas actuales…, ¡¡un
espejismo o un verdadero cuento de hadas, soñar con la realización de esos
indispensables proyectos!!
Moraleja de esta historia…, ponemos patas arriba este
decrépito, caduco, obsoleto, nauseabundo y criminal Sistema, con todos y cada
uno de sus responsables políticos y económicos al frente, o estamos obligados
de alertar de nuevo…, “nos estamos despeñando por un profundo precipicio”.
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