DIA 14N 2012
La general
manifestación convocada para ese día, legalmente autorizada, debería ser motivo
de serio compromiso, para todas las gentes que decidan participar en la misma.
En la medida y cantidad de gentes que decidan pacífica y ordenadamente
participar en ese evento, convencidas de su justo carácter reivindicativo, se
podrá calibrar el grado de madurez política y social del Pueblo, acudiendo a esa manifestación, para expresar
su repudio hacia un corrupto, esclavizante y delictivo Sistema político, económico y
social.
La demagogia
política, argumentará que esa manifestación ha provocado o puede provocar equis
miles de millones de quebranto a nuestra debilitada Economía, es cierto, no
rebatiremos ese razonamiento, pero como compensación, podemos asegurar que, la
protesta y expresión de nuestros vejados y dolidos sentimientos, debe compensar
con creces aquellas pérdidas. La seria y
resolutiva manifestación de nuestra protesta, debería marcar un antes y un
después en nuestro devenir político, social y económico.
Reaccionarios
conservadores de su status, no han dudado en parangonar recientes
manifestaciones de descontento, con las organizadas en su día por criminales
terroristas; para que esas hipócritas y enfermizas mentes no tengan ocasión de
asimilar nuestra próxima manifestación con las de aquéllos, sugerimos a los
participantes, que se manifiesten pacíficamente , enarbolando únicamente banderas
blancas, recordando el ejemplo de Gandhi; incluso para confirmar nuestra
pacífica actitud, aconsejamos que aquél que precise bastón para marchar,
prescinda de él apoyándose en su compañero; sugerimos la desaparición de estandartes de
cualquier tipo político o social, la marcha debe ser exclusivamente del Pueblo,
debería bastar la marea de aquellas banderas blancas, con sencillos slogans semejantes a: “DEMOCRACIA
SÍ, CORRUPCIÓN, FRAUDE Y ENGAÑO NO”; ese acontecimiento debiera ser el preludio
del saneamiento, regeneración y renovación de corruptas e ineficaces
Instituciones, indispensables pilares de
todo estado democrático; perentoria e indispensablemente es el momento de ese
cambio.
Flaco favor
se hará a sí mismo, aquél que se abstenga indolentemente de participar en esa
manifestación ciudadana; su conciencia lo denunciará, ¡¡si la tiene!!, cuando le haga comprender su insolidaridad con aquéllos, que están defendiendo
una causa común, que es también la suya. Ese día, hogares, asilos de ancianos, hospitales,
escuelas, universidades, negocios, fábricas, grandes superficies, empresas, bancos,
administraciones, estaciones de metro, de ferrocarril, de autobuses,
aeropuertos, cuarteles, comisarías , juzgados, etc.
etc., todo debería quedar vacío. Siempre habrán cien ginecólogos para asistir inmediatamente
a una parturienta, u otros tantos cardiólogos para atender un infarto; un día
sin clases tampoco aumentará demasiado nuestro fracaso escolar, un día
alimentados con un simple bocadillo, incluso aumentará nuestra capacidad
reflexiva; nuestra determinación puede y debe superar cualquier circunstancia,
especialmente ese día.
Demostrémosles
a nuestras conciencias y voluntades que,
“si queremos podemos y debemos”.
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