OBLIGATORIA
CATARSIS DE LA POLÍTICA PROGRESISTA
ESPAÑOLA
Han sido necesarios 40 años de una falsa Transición, para acabar con la rutinaria política de un engañoso Bipartidismo, ese para siempre desterrado de nuestra Política, merced a la incompetencia y corrupción del mismo, que lo ha abocado a su total desaparición, aunque no la de sus “residuos”, que desesperadamente intentan defender el privilegiado status, heredado de aquella nefasta Dictadura.
Por sí mismo, era obligado el Cambio político que estamos incipiente y ligeramente experimentando, principalmente debido a aquella indignada manifestación del 15M, sin duda el detonante que ha provocado el estallido de aquella anquilosada Política del desaparecido aparato Bipartidista.
También estamos lejos de creer, que nuestra situación política actual se encuentre cerca del importante Cambio político que necesitan todas nuestras Instituciones, hasta lograr la estabilidad política que necesita un verdadero Estado de Derecho, ya que el hecho de la práctica desaparición de aquel Bipartidismo, ha provocado la aparición de diferentes grupos políticos, donde cuatro de ellos antagónicos entre sí, se reparten casi a partes iguales el dominio de nuestro Parlamento, lo que lógicamente conduce y seguirá conduciendo a cualquier gobierno establecido, a una difícil gobernabilidad, esta siempre sujeta a complicadas coaliciones.
La complicada situación de gobernabilidad actual de nuestro país, está meridianamente claro que sólo se conseguirá, el día que su Pueblo, a través de su madurez política, sea capaz de efectuar una catarsis dentro de su pensamiento político, que vaya eliminando todas aquellas aristas que lo separan dentro de sus más afines partidos políticos, para lograr la imprescindible Unión de Fuerzas Políticas Progresistas, que le permitan hacer frente con toda solvencia, a la indestructible Unión de las Fuerzas Conservadoras del país, en representación del todo poderoso Sistema económico, extendido por los cinco Continentes.
Han sido necesarios 40 años de una falsa Transición, para acabar con la rutinaria política de un engañoso Bipartidismo, ese para siempre desterrado de nuestra Política, merced a la incompetencia y corrupción del mismo, que lo ha abocado a su total desaparición, aunque no la de sus “residuos”, que desesperadamente intentan defender el privilegiado status, heredado de aquella nefasta Dictadura.
Por sí mismo, era obligado el Cambio político que estamos incipiente y ligeramente experimentando, principalmente debido a aquella indignada manifestación del 15M, sin duda el detonante que ha provocado el estallido de aquella anquilosada Política del desaparecido aparato Bipartidista.
También estamos lejos de creer, que nuestra situación política actual se encuentre cerca del importante Cambio político que necesitan todas nuestras Instituciones, hasta lograr la estabilidad política que necesita un verdadero Estado de Derecho, ya que el hecho de la práctica desaparición de aquel Bipartidismo, ha provocado la aparición de diferentes grupos políticos, donde cuatro de ellos antagónicos entre sí, se reparten casi a partes iguales el dominio de nuestro Parlamento, lo que lógicamente conduce y seguirá conduciendo a cualquier gobierno establecido, a una difícil gobernabilidad, esta siempre sujeta a complicadas coaliciones.
La complicada situación de gobernabilidad actual de nuestro país, está meridianamente claro que sólo se conseguirá, el día que su Pueblo, a través de su madurez política, sea capaz de efectuar una catarsis dentro de su pensamiento político, que vaya eliminando todas aquellas aristas que lo separan dentro de sus más afines partidos políticos, para lograr la imprescindible Unión de Fuerzas Políticas Progresistas, que le permitan hacer frente con toda solvencia, a la indestructible Unión de las Fuerzas Conservadoras del país, en representación del todo poderoso Sistema económico, extendido por los cinco Continentes.
La llamada lucha de
clases, principalmente desarrollada a partir de la Revolución
Industrial, no
ha sido más que una constante
lucha entre el Capital y Trabajo, que actualmente está alcanzando el
punto álgido de su desarrollo, lucha en la cual desde aquella
Revolución, a pesar de las
pequeñas batallas ganadas por el Trabajo, esa guerra está
actualmente
siendo
despiadadamente
ganada por un
desbocado
Capital, bien
defendido por sus fieles y mercenarias fuerzas políticas ultra
conservadoras, cuya
indestructible Unión nunca podrá ser superada por las Fuerzas del
Trabajo, representadas
y defendidas
por una serie de diseminados
grupos
políticos supuestamente
progresistas,
incapaces
de comprender o aceptar que su debilidad frente al Capital estriba en
su
desunión, provocada por
la
dispersión de sus pensamientos políticos, de
urgencia necesitados de una catarsis política para su indispensable
Unión.
En todo
caso, esa
lucha no puede ya ser mantenida por mucho más tiempo, la
precaria situación económica y
social
del Pueblo llegada
a límites insostenibles. Ambas
Fuerzas han corrido y siguen corriendo caminos paralelos, pero
obligatoriamente, al límite extremo al que están llegando ambas,
sus caminos deberán converger en
evitación de que esa lucha se convierta en una lastimosa
derrota
para ambas.
Esa
necesaria y
obligatoria convergencia,
sólo
podrá llevarse a cabo con una
indispensable Unión de todas las fuerzas políticas progresistas,
para luchar inteligentemente y pacíficamente de “Tú a Tú”,
frente a esas Fuerzas ultra conservadoras, principalmente
ocupadas en la defensa de su status personal y partidista, y
especialmente del “Amo” que las alimenta.