POR EL FUTURO DE
NUEVAS GENERACIONES
Resulta agobiador pensar que debemos soportar
todavía por tiempo indefinido, la miserable, insultante e inaceptable situación
económica, política, social y judicial a la que nos
está sometiendo un incompetente Sistema político, deslegitimado a sí mismo por
una continuada violación de su programa electoral, sumisamente tutelado desde
Berlín y Bruselas, con la exclusiva misión de intentar mantener a flote un
Sistema Económico, que él mismo se está autodestruyendo, pero que en sus
últimos estertores trata de mantenerse a flote, apoyándose en una esquilmada,
violada y engañada masa social, valiéndose de los mercenarios políticos de
turno, apoyando vergonzosamente al “Patrón” que les está dando de comer en su mano,
labor que ciegamente están desarrollando para salvaguardar su reprobable
status, al tiempo que van recogiendo “las migajas” que les va ofreciendo su
“Señor”, como recompensa de su sucio y deleznable “Servicio”.
Puestos a analizar las causas de la caótica
situación en la que nos vemos envueltos, no cabe otra explicación que aquella
que nos ha conducido a partir de mediado el pasado siglo, con la puesta en
práctica de un desenfrenado neoliberalismo económico, donde la Economía está
totalmente dirigida por un descontrolado, codicioso y delictivo Poder
Financiero, al cual están vergonzosamente sometidos el resto de los Poderes,
sean políticos, militares, sociales, jurídicos, religiosos, etc.
El motivo y el proceso de degradación de todas las
economías mundiales ha sido prácticamente el mismo para todas, un endeudamiento
público y privado mucho más allá de sus posibilidades reales, propiciado por un
especulativo y delictivo engaño financiero, que nos ha arrastrado a un fracaso
económico y social a nivel mundial, del que lamentablemente ningún país escapa
de sus catastróficos efectos. Del incalculable engaño financiero económico que
hemos sufrido, únicamente han escapado aquéllos que lo provocaron, y puestos a
buen recaudo sus delictivos beneficios en esas cuevas de Alí Babá, comúnmente
denominadas Paraísos Fiscales, una supuesta Crisis para ellos, que no ha hecho
más que reforzar su despótico y desbocado Sistema, cuyo poderío económico le
permite controlar a su gusto e interés
cualquier situación, sea política, económica, financiera, social,
jurídica, etc., sometido el Mundo a sus pies. España en ese sentido es, sin
ningún género de duda, uno de los países de este Viejo Continente, que está
sufriendo esas consecuencias en mayor grado, debido a los negativos efectos de
aquella colosal “Burbuja Inmobiliaria”.
De forma insultante, se nos está engañando con falsas
expectativas de una supuesta recuperación económica, pero la cruda y lastimosa verdad es que
España, caso de que lo logre, no podrá ver realizados esas expectativas durante
decenios, excepto si el Pueblo acaba de comprender y asimilar nuestra
desastrosa situación política, económica, judicial, financiera, industrial, social, y principalmente
moral; sobre esta última nos dan perfecta cuenta diariamente los Medios, sin
que de esa vergonzosa corrupción escape ninguna de nuestras Instituciones,
desde la cúspide del Sistema hasta el último alcalde de pueblo.
No fueron suficientes cuarenta años de ostracismo
político y económico dictatorial, que a aquel infausto período, le siguió un
proceso político unido todavía por un cordón umbilical al anterior,
representado por un bipartidismo político, cuya única y principal labor ha sido
la perpetuación de aquel dictatorial régimen, a través de un ilegal gobierno
establecido por el propio Dictador, gobierno a todas luces anticonstitucional,
ilegal, anacrónico y obsoleto para representar modernas democracias. Aun
disfrutando de la Administración de un competente y honorable Gobierno verdaderamente
democrático, nuestras dificultades económicas y sociales serán prácticamente insalvables
de no hacer tabla rasa con todos y cada
uno de nuestros actuales representantes políticos. No consideramos necesario mencionar las causas
de nuestra insultante situación económica, política, jurídica, social y moral,
los medios de comunicación nos sorprenden sin cesar acerca de la corrupción
reinante.
No estamos haciendo apología de una Revolución,
para librarnos del yugo político y económico que nos está ahogando, estamos
clamando por el establecimiento de un proceso constituyente, sin sobresaltos ni
violencia a través de una continua manifestación de reproche y descontento
hacia todas nuestras corruptas Instituciones, hasta conseguir la implantación
de un nuevo Gobierno a través de urgentes elecciones anticipadas, que
represente verdaderamente la Soberanía Popular, violada una y cien veces por todos
los Gobiernos establecidos hasta la fecha .