UN GOBIERNO DE EMERGENCIA
Durante esta última Legislatura España ha estado gobernada,
más apropiado decir desgobernada, sobre la base de reales decretos aparecidos
en el Boletín Oficial del Estado, emanados de la Ley del Embudo, promulgados
por el peor de los presidentes habidos y por haber en el país a lo largo y
ancho de toda su Historia, bien secundado por su especialísimo elenco de
gobierno.
Lamentable y caótica herencia, la recibida por el actual
gobierno en funciones, producto de la incompetente y corrupta
gestión político administrativa, desarrollada por ellos mismos, con la inestimable ayuda de su socio
bipartidista, durante sus 36 años de mando alternativo en plaza.
Los resultados de estas últimas elecciones generales, nos
han procurado un complicado puzle político a la italiana, que tiene visos de
necesitar el período necesario, para el
ejercicio de una segunda vuelta electoral, allá por las fechas del próximo verano.
Resulta evidente, que en la aguda crisis política, económica
y social en la que se encuentra actualmente nuestro país, no puede quedar
desamparadao con un gobierno en funciones, incapaz de legislar y ejecutar,
aquellas urgentes y acuciantes medidas que está necesitando el país, para
intentar reorientar el erróneo, falso y corrupto camino político, económico y
social seguido durante tantos de estos
últimos años, por lo que un gobierno aun siendo de emergencia, nos es urgente alcanzarlo,
para empezar a adoptar acuciantes medidas, que ayuden a atajar buena parte de
la calamitosa situación económica y social en la que se encuentra el país.
Si hemos de ser sinceros, hemos de reconocer, que desde la
más alta de nuestras Instituciones, hasta la “más maría” de las mismas, nos son
todas ellas prácticamente inútiles e inservibles, para darle al país la
orientación política que necesita, para procurarle un gobierno estable, luego,
el gobierno de emergencia al que hacemos alusión, solo puede salir de la
coalición de aquellas fuerzas políticas progresistas emergentes, que renueven
totalmente nuestras caducas y obsoletas Instituciones, así como las fuerzas
políticas ultraconservadoras que las representan, a través de un proceso
constituyente, que le aporte al país la urgente y perentoria regeneración
político administrativa que necesita España, para hacer frente a los serios
problemas económicos y sociales que la invaden actualmente, lógicamente
objetivo exclusivamente alcanzable, con la total desaparición de todo vestigio
político, del incompetente y corrupto bipartidismo, que alternativamente ha
asolado nuestro país durante estos últimos 36 años.
No nos engañemos, así de cruda es la actual situación
política de España, luego momentáneamente ya toca, que todos españoles de bien,
adscritos a cualquiera de las antiguas siglas, que han estado desgobernando
España durante estos últimos tiempos, olviden sus antiguas formaciones o
siglas, y opten por solidarizarse en una coalición progresista, que nos
facilite ese momentáneo gobierno de emergencia, que con su andadura debe
mostrar el definitivo camino político, económico y social que estamos necesitando, teniendo en cuenta que poco
importa, la sigla que en un futuro pueda representarlo, incluidos con todos nuestros
respetos, los propios representantes
políticos, nosotros mismos debemos
decidirlo, todo ello a través de un nuevo proceso constituyente, elaborado,
desarrollado y controlado por el Pueblo
y para el Pueblo, haciendo valer a siempre jamás su Dignidad y Soberanía, con
tanta frecuencia violada y prostituida a lo largo de toda su Historia,
inadmisible dentro de una Historia Contemporánea.
Sabemos de antemano, que las retrógradas y
ultraconservadoras fuerzas políticas al Poder, van a defender con uñas y
dientes su usurpado y delictivo statu quo, pero el deber del Pueblo debe ser,
saber luchar pacífica e inteligentemente contra ellas, para recuperar aquellos derechos
fundamentales, que anticonstitucionalmente le fueron arrebatados.