La solución del agudo e insostenible problema socio económico por el que están atravesando actualmente todos los países y de manera especial España, pasa por el abordaje de tres básicos e incuestionables factores, tan estrechamente ligados entre sí, que a ninguno de ellos puede dársele un orden preferencial: Redistribución del trabajo, redistribución de la riqueza y fiscalidad, esta última con letras mayúsculas y con la necesidad de que acuerdos internacionales la regulen a niveles supranacionales. El Poder económico lo sabe muy bien, que en lugar de esos antisociales y equivocados recortes, la solución de esos graves problemas pasa básicamente por la puesta en práctica de los tres mencionados factores, procedimiento al que se resiste el Poder económico, porque su adopción significará una indispensable disminución de sus beneficios empresariales. La Economía Mundial, tiene recursos suficientes para solucionar materialmente las básicas y dignas necesidad de sus Sociedades, lamentablemente menos dotada aquélla de recursos morales, aun así hemos de aceptar que, un correcto desarrollo de los precitados factores, nos demostraría la bondad de su implementación, tanto para su motor el Capital, como para su energía el Trabajo, cuyos caminos deben tender a una necesaria y obligatoria convergencia, para lograr una perfecta sinergia y armonía entre ambos. No le queda otra alternativa, tanto a la Oligarquía que domina la Economía, como al Mundo laboral, sentarse a la misma mesa, para establecer entre ambas partes un justo y equitativo contrato social, que dé plena satisfacción a las dos partes, como única solución de los problemas laborales y económicos que tienen planteados todos los países. La política de quebrantos sociales, que se está desarrollando actualmente, para el establecimiento de obligatorios equilibrios presupuestarios, vemos que más y más en todos los países, sólo conduce a un mayor desequilibrio de sus Economías, que persiste con la adopción de esos erróneos y antisociales planes económicos, verdaderos paños calientes que sólo postergan la solución de un problema, que cuanto más se tarde en darle solución, más duro será el atajo del mismo, provocando con esa dilación y sus erróneas fórmulas un continuo deterioro del Bienestar Social, que sin duda puede conducirnos a previsibles y duras manifestaciones de las masas laborales, en defensa de sus justos derechos. Hemos llegado al momento y situación de una inaplazable, posible y necesaria solución, del grave problema económico social que tienen planteado todas las Economías, donde la inteligencia, la razón y la buena voluntad de todas las partes van a ser determinantes para alcanzar ese objetivo, sino queremos ser víctimas de nuestra egoísta estupidez.
sábado, 29 de noviembre de 2014
domingo, 23 de noviembre de 2014
¡¡¡ Y TÚ MÁS !!!
¡¡¡ Y TÚ MÁS
!!!
¡¡ Qué
tiempos aquellos en que la pluma y el papel, resultaban innecesarios para
sellar cualquier pacto, una palabra y un apretón de manos, eran el sello
indisoluble del pacto establecido !!, por el contrario, el sentido
oportunista-mercantilista del ser humano, desde aquel entonces hasta nuestros
días ha evolucionado, involucionando de tal manera, que hasta incluso con pluma
y papel de por medio, de no estar atentos a la “pequeña letra” del contrato, ya
te la han colado !!.
Efectivamente,
en los tiempos que atravesamos, estamos constatando que aquellas antiguas y
sanas costumbres sociales, han degenerado de tal manera, que desde las más alta
hasta la más baja de las esferas sociales, ese proceso degenerativo ético, afecta sin
distinción de clase o condición a toda la especie humana, especialmente a la
política, con la posible exclusión de aquella
excepción que confirma esa regla; así concretamente en nuestro país, en lo
concerniente a sus clases políticas, desde sus más altas instancias reales,
pasando por presidentes, ministros, secretarios, regidores municipales, concejales, y otros subalternos, estamos constatando que
ninguno de esa especie (excluyendo como
dicho, la excepción que eventualmente confirme esa regla), escapa de los malos usos
y costumbres de aprovecharse descarada y delictivamente de la “letra pequeña” y
no tan pequeña de los contratos suscritos, sean éstos económicos, políticos,
sociales e incluso religiosos; habiéndose desarrollado esos degenerados
hábitos, con tal desvergüenza y profundidad, que ha dejado la moral política y
las arcas del país tan yermas, que el tendero ya no fía ni la compra del papel
higiénico, excepto si como de costumbre se apela al incremento de la Deuda
Pública u otras artimañas, para hacer frente a perentorios gastos sociales.
Llegados a
ese punto de desolación, privación e indignación, provocado por nuestros
incompetentes y corruptos “mandados” , ilegal y delictivamente “autoconvertidos”
de motu propio en “mandadores”, justo lo contrario de lo que en verdad y
constitucionalmente debiera ser, nos encontramos con un país prácticamente
abandonado a una incierta suerte política, económica y social, donde todos y
cada uno de los agentes políticos que han provocado nuestra desoladora
situación, intentan justificar lo injustificable para salvar su denigrante postura,
con sarcásticos, inaceptables, cínicos e hipócritas propósitos de enmienda, a
través de no menos engañosas leyes, redactadas por los propios malhechores.
No se revela
necesario acudir a ninguna otra fuente, para confirmar nuestro sencillo y claro
pensamiento, los medios ya nos tienen informados hasta el hartazgo de todas las
tropelías e injusticia institucional en que está sumido el país, ahora le
corresponde a este humillado, engañado, y
violado Pueblo, significarle a esa detestable casta política, mercenaria
servidora del Poder económico que la sustenta, su inaceptable y corrupto
proceder, haciendo tabla rasa de todas y cada una de sus antidemocráticas
instituciones, sustituyéndolas lo antes posible, a la voluntad del Pueblo, por
aquéllas que emanen de su propia Soberanía, a través de un Contrato Social o
Constitución, donde dentro de ese Contrato no quepa la menor cabida de ninguna
“letra pequeña” que dé lugar a falsas interpretaciones, dando por descontado
ese hecho, si es el propio Pueblo, el exclusivo responsable de su redacción y
salvaguarda.
jueves, 6 de noviembre de 2014
CATARSIS POLÍTICA
CATARSIS POLÍTICA
El dicho nos
aconseja, “rectificar es de sabios”. Efectivamente, ¿quién en su vida, no ha
experimentado la necesidad de cambiar ciertos pensamientos, actitudes, dogmas, postulados,
etc., percatándose del error o falsa concepción de alguna de sus ideas o
posturas respecto a los mismos, fueran
esos de tipo político, religioso, social, económico, etc., y ha experimentado
el beneficio, acierto e incluso la necesidad que había de adoptar ese cambio?.
Generalmente, esos cambios se operan transcurrido el período de la juventud,
cuando el ser humano alcanza una madurez de espíritu, para fijar los rasgos de
su personalidad, que viene determinada principalmente por el medio donde se ha
desarrollado su existencia. Una vez alcanzada esa estabilidad, le resultará mucho más difícil, adoptar nuevos
pensamientos, que entren en confrontación con sus ya definidas y adoptadas
pautas políticas, religiosas, sociales, económicas, etc.
Hemos creído
conveniente establecer el precedente preámbulo para relacionarlo directamente
con el agitado y confuso pensamiento político que se está actualmente
desarrollando en nuestro país, que está afortunadamente derivando hacia un
total y necesario cambio de tendencia política, como única alternativa, para
devolvernos una más que perdida estabilidad política, económica y social,
triste y lamentable situación creada por la incompetencia y corrupción de un
Sistema político bipartidista, que viene alternándose en el Poder durante 35
largos años, al cabo de los cuales vulgarmente se podría decir, han dejado
España que no es capaz de reconocerla ni la madre que la parió.
Afortunadamente,
la ciudadanía está superando el letargo político en que estaba sumida, merced
al insufrible deterioro de su bienestar social, que no cesa de aumentar, de
cuya situación nadie puede esperar, que sean los corruptos políticos que la han
abocado a esta triste y lamentable situación económica y social, los que puedan
ni quieran emprender la enorme labor
regenerativa política económica y social que necesita el país, ya que ello
debería comportar su propio suicidio. Labor que lógica e indispensablemente
debe ser asumida por un Sistema de gobierno, que haga tabla rasa de ese nefasto
Sistema político bipartidista. No le cabe otra alternativa al país, para llevar
a cabo una total regeneración política de todas las corruptas e incompetentes
Instituciones de ese bipartidismo. Ya es vergüenza ajena la que está
experimentando la ciudadanía, constatando la desvergüenza, descaro y
prepotencia con la que ha actuado y continúan operando, aquéllos que en la
práctica y realidad debieran ser nuestros mandados, y que valiéndose de nuestra
pusilanimidad, se permiten mantenernos y someternos como dóciles esclavos
subordinados. Mejor mañana que pasado, se está necesitando ese cambio político
que reoriente España, por aquel camino del cual nunca debieron apartarla, para
poder definitivamente gozar de unas democráticas Instituciones, que devuelvan
al Pueblo su robada, violada y prostituida Soberanía.
Llegados al
punto en que nos encontramos, es cuando queremos relacionar nuestro preámbulo,
con el cambio político que está perentoriamente necesitando España, para devolverla
a la senda de una verdadera Democracia. Ese camino afortunadamente, con
verdadero entusiasmo y esperanza, ya ha empezado a ser andado por una
importante legión de ciudadanos, ansiosos de recuperar su robada dignidad, para
los cuales la confrontación del cambio en cuestión, no es contra su conciencia,
sino contra el Poder económico que tiene sometido al corrupto Poder político
que nos desgobierna. Una confrontación contra
su razón de ser, por razones obvias, obligatoriamente y de oficio hacia aquellas gentes que, “genética, física y moralmente” han estado, están y
continuarán estándolo, estrecha e íntimamente relacionadas con el Poder
económico ya descrito y con el mercenario y corrupto Poder político que lo
defiende. Otro importante sector de la población, a la cual también se le puede
aplicar esa confrontación, son aquellas gentes que creen y quieren mantenerse
leales a unas siglas políticas, que actualmente y en la práctica no representan
el ideal político para lo cual fueron creadas, constituyendo todas ellas una sopa de
siglas, que sólo sirven para mantenerse en un terreno de nadie, con lo cual no
hacen más que perjudicarse a sí mismas y especialmente al democrático “sunami político” que se está actualmente desarrollando
en España, para subvertir el insufrible Sistema político que está acabando de
asolar el país; será verdaderamente sabia su conducta, si son capaces de
rectificar su sutil matiz político. Definitiva y racionalmente, la solución
política que se necesita, mucho más que por una amalgama de siglas políticas,
pasa por la innegable necesidad de una general catarsis de una suma de verdaderas voluntades
democráticas. Para todas gentes de bien, resultará imperdonable y extremadamente
negativo no comprender que así debe ser.
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