LA “MARCA
ESPAÑA” PASEANDO POR IBEROAMÉRICA
Complejas y
variopintas han sido las impresiones que nos ha causado la reciente Cumbre
Iberoamericana celebrada en Panamá. Directamente relacionada con la misma, a continuación vamos a copiar parte del discurso pronunciado
por el Presidente del actual gobierno español, durante su intervención en la
misma, con la intención de que el contenido del mismo, nos sirva de base para
exponer los pensamientos e impresiones que nos ha suscitado el desarrollo de
esa nueva Cumbre; literalmente copiamos algunos trazos del discurso del
presidente español: “El rey Juan Carlos I, representa el pensamiento y el
esfuerzo de Iberoamérica”, sigue... “Tras 22 años de encuentros, la Cumbre
necesita el nuevo impulso de una renovación para adaptarse a la nueva escena
internacional”.
Efectivamente,
la Cumbre panameña nos ha demostrado el enorme y selectivo esfuerzo
realizado por el monarca español, a lo
largo de estos últimos años, y en
particular a partir de aquella especial reunión del “porqué no te callas”, para
aglutinar todas las fuerzas iberoamericanas encuadradas dentro de nuestro
“bendito” Sistema Neoliberal, al tiempo que ha conseguido apartar del Grupo,
aquellos países, aproximadamente la mitad de ellos, que por “insignificantes”
razones políticas, económicas y sociales han decidido ladearse del “rebaño
neoliberal” iberoamericano, concretamente mandatarios tales como Evo Morales
(Bolivia), Pérez Molina (Guatemala), Dilma Rousseff (Brasil), José Múgica
(Uruguay), Piñera (Chile), Fernández (Argentina), Correa (Ecuador), Maduro
(Venezuela), Castro (Cuba)…, por voluntad propia, no podrán pasar a la
historia, encuadrados dentro de la foto de la exitosa Cumbre Iberoamericana
celebrada en Panamá del 18 al 20de
octubre 2013.
También y como
muy bien remarcó en su discurso el Presidente del gobierno de España, la Cumbre
necesitaba del impulso de una renovación para adaptarse a la nueva escena
internacional, lo que ha quedado palpablemente conseguido y demostrado, con la
autoselección de aquellos mandatarios, que unilateralmente decidieron apartarse
de la Cumbre, para no distorsionar con su presencia la renovación de los altos
valores éticos, democráticos,
económicos, políticos y sociales de la misma, loable éxito que no se
hubiera logrado, sin el tenaz esfuerzo desarrollado por la Corona española desde
la creación de la Cumbre, logro muy bien resaltado por el ilustrísimo señor,
Mariano Rajoy, Jefe del gobierno español, acompañado para la ocasión por el
Príncipe, para llenar el hueco de su padre, ausente por la convalecencia de sus
operaciones, como resultado del desgraciado accidente sufrido durante uno de
sus antiguos safaris.
La
colaboración y la presencia de la Delegación española en Panamá, no pudo tener
una culminación más exitosa, al anunciar y confirmar su máximo representante,
de que gracias a las importantes reformas implementadas por su gobierno (posiblemente
en ese punto, el señor Rajoy sufrió un lapsus y quiso decir recortes en lugar
de reformas), España estaba saliendo de la Crisis con una Economía saneada y reforzada, con
el “pequeño hándicap”, de verse lastrada
por la cifra de 6.000.000 de parados, económicamente en el punto muerto de la recesión,
el poder adquisitivo de la masa laboral y pensionistas cayendo en picado,
disminución del consumo interno, la Deuda disparándose por los aires, rondando el 4%
de su PIB para el pago de los intereses de la Deuda…, ¡¡ todo un certificado de
la excelente salud de nuestra Economía !!; declaración presidencial, que fue
agradable e interesadamente acogida, por el selecto grupo del “Tea Party” iberoamericano
asistente, representado por un ramillete de pequeñas repúblicas y de las
gigantes mexicana y colombiana, ambas
éstas, representativas de los más “altos valores” democráticos y sociales de
aquellas regiones. Sobre la base de la sobresaliente exposición de la
“magnífica” situación de nuestra Economía, descrita por el presidente español, se
espera que ésta sirva para aumentar nuestros contactos económicos y políticos
con aquella Zona, para reforzar los estrechos
y “desinteresados lazos”, que bajo el punto de vista “histórico y
humano”, han unido desde siempre España a aquellos países. Siendo “sinceros” y bajo todos los aspectos,
hemos de reconocer la profunda impresión que nos ha causado, el rotundo éxito
alcanzado por esa Cumbre panameña, a pesar de la notable y citada ausencia de
su principal impulsor y valedor, Juan Carlos I, rey por la gracia de Francisco Franco Bahamonde, caudillo de España.